Velatorio por la sanidad pública

L.C.LL.

VIGO

Más de un millar de trabajadores que temen por su futuro rodearon el Hospital Xeral formando una cadena humana

04 mar 2010 . Actualizado a las 11:57 h.

Pitidos, velas rojas y blancas y hasta linternas. La cadena humana trata de estirarse para dar la vuelta a la manzana pero no llega. El millar de manifestantes respetan el tráfico y la policía tiene poco trabajo, de hecho un coche patrulla se para en una esquina donde un conductor ha parado a echar una cañita en un bar.

Los trabajadores sanitarios escenificaron ayer un velatorio en protesta por la privatización de la sanidad pública. «Non, non, non a privatización». Xosé López es uno de los manifestantes. Este joven, militante de Comisiones Obreras, trabaja en el servicio de mantenimiento del hospital. Su futuro es una incógnita. En el Xeral tiene una antigüedad y un reconocimiento y no sabe qué va a ocurrir si le cambian de puesto profesional. Se especula con que los reciclarán como celadores pero «non van a meter a todos celadores».

Xosé es trabajador estatutario con lo que no le pueden echar a la calle así como así. Pero puede que la empresa adjudicatoria del nuevo hospital les presione para convertirlos en trabajadores laborales. Eso es lo que teme.

Detrás de López caminan tres cocineras. El Hospital Xeral cuenta con una decena. En sus manos está un aspecto muy importante en la recuperación de los enfermos, la buen alimentación. Diariamente preparan unos 500 desayunos y otras tantas comidas y cenas.

Flor, Mayca y Rosa cuentan que para entrar a trabajar en el hospital tuvieron que realizar estudios de Formación Profesional en la rama de hostelería y luego superar una pruebas. «A veces dicen que son mejores los cocineros de los centros privados, pero esa afirmación no se puede hacer alegremente. Estamos muy bien preparadas», afirman.

Sus palabras son ahogadas por los pitidos y por los coros: «Si esto no se amaña, ¡caña, caña, caña!».