«Hay sumisos en Vigo que van atados con cadenas al cuello y andan a cuatro patas»

VIGO CIUDAD

25 nov 2010 . Actualizado a las 19:36 h.

Ángeles Durán acaba de publicar Diario de un sumiso (Cultivalibros), un libro que relata los perversos placeres que experimenta un sumiso joven con su ama madura.

-¿Por qué afrontó un tema tan escabroso?

-Tenía curiosidad por saber cómo era el mundo de la sumisión porque es un tema tabú. Me quedé sorprendida al ver que entre los grupos de amigos que tengo, hay alguna gente que lo practica libremente. Y, sobre todo, el alto nivel económico de esta gente. Llegué al tema a través de un amigo que se había separado. Tuvo un bajón enorme y, al contarme sus penas, descubrí que él era un sumiso y su mujer una ama.

-¿Es novela o realidad?

-Son hechos reales que yo narro. Le doy un envoltorio literario, empleando un vocabulario normal para que todos podamos entenderlo de qué estamos hablando, aunque sin caer en lo grosero, ni en lo aberrante, pero que nos ayude a tener un concepto distinto de la sexualidad.

-¿Es una perversión?

-No, ni una enfermedad. Si dos personas están de acuerdo y adoptan una decisión libremente, pueden elegir su propia sexualidad. Las personas buscan relaciones placenteras, y cómo esta sea ya es una cuestión privada.

-¿Está toda la narración basada en una persona?

-Sí es una persona que descubre qué tipo de sexualidad tiene cuando, a los siete años, es abofeteado por una compañera del colegio. Ahí ya sabe lo que le va a marcar para toda su vida. Después llegan las aventuras que tuvo cuando se inicia en la sexualidad; desde el voyeurismo, la practica sexual con personas mayores, o el sometimiento por su novia. En principio, le parece un poco grotesco, pero después siente placer y se excita solo con la idea de mantener ese tipo de relaciones.

-¿Existen rituales?

-Sí, es como cualquier persona que sale a una fiesta y se pone sus galas. Dentro de la sumisión hay indumentarias y objetos para ayudarles a entrar en el juego. Es un juego, no es que sean enfermos, mantienen el juego en ese determinado momento, fuera de él son personas normales. El personaje de mi libro es un catedrático de la universidad y masón. Yo he tenido que mantener su identidad oculta por estas dos circunstancias.

-¿Hay ambientes sadomasoquistas en Vigo?

-Hay grupos, al modo de clubes, y aquí en Vigo también los hay. En estos clubes, hay gente a la que llevan con cadenas al cuello y andan a cuatro patas. Es un juego, y cada uno, dentro de ese juego, se divierte como quiere. Nadie les obliga a jugar, lo hacen porque les da placer.

-¿Los sumisos son personas débiles?

-No, se somete a la voluntad de otro porque le da placer. Le gusta que le den unos azotes en el culo, o que le obliguen a lamerle los pies a su amo. Hay gente que les limpia la casa a otros, a cambio de que le humillen un poco, llamándole perro o cosas por el estilo. La humillación es consentida y pedida, no atenta contra los derechos del individuos porque es dentro del juego.