Santiago y A Coruña ya tienen el metro en su Plan General, Vigo no

VIGO

Solo la Memoria del PXOM apunta someramente la bondad de dicho transporte, pero lo estima para implantar a largo plazo

16 mar 2010 . Actualizado a las 13:32 h.

La implantación del metro en Vigo, de su versión terrestre o incluso en una más utópica con monorraíl, ha motivado debates urbanos en la ciudad desde que Alejandro Goicoechea, el inventor del Talgo, trazó su particular monovía desde A Bouza hasta A Ramallosa en 1974. El proyecto para integrar el AVE en la malla urbana viguesa relanzó de nuevo hace unos años la posibilidad de aprovechar dicha obra para canalizar al menos el germen de un metro que antes sondearon Carlos Príncipe y José Cuíña, Manuel Pérez y Alsa, Tranvías, Vitrasa, la Universidad y UGT. Pero el debate, madurado y apoyado incluso por Alberto Núñez Feijoo en su época de conselleiro, recibió un enfriamiento tal por parte del Ayuntamiento que ni un solo líder social más lo ha vuelto a revitalizar dado el desinterés municipal. Ni Lois Pérez Castrillo, ni Ventura Pérez Mariño, ni Corina Porro, ni Abel Caballero aprovecharon sus papeles como alcaldes para liderar una solución definitiva al tráfico de Vigo y a la configuración de la ciudad como eje central de todo el área metropolitana. Ninguno de ellos tuvo la visión de pintar el trazado del metro en el Plan General que pasó por sus manos durante su tramitación. Ninguno pensó en hacer siquiera una reserva de suelo para evitar, por ejemplo, que los nuevos aparcamientos subterráneos entorpezcan que otros regidores futuros tuvieran la posibilidad de dotar a Vigo de un sistema que se ultima en ciudades de menor tamaño. La visión de las urnas suele limitar siempre a cuatro años los planes a largo plazo de la mayoría de los mandatarios que han pasado por la ciudad. Y eso que un mero apunte en la memoria del Plan General alaba las ventajas que para Vigo tendría el metro, aunque se inclina por optar primero por plataformas reservadas para los autobuses en los tramos más conflictivos para el tráfico. «De existir capacidade económica nada debe coutar a realización do metro, que, entende o Plan, non debe ter cortapisas para se desenvolver», reza como toda consideración al respecto en la memoria del PXOM.

Pero mientras Vigo se queda en una mera declaración, A Coruña y Santiago hicieron del trazado del metro uno de los aspectos básicos de sus nuevos planes. Javier Losada y Xosé Bugallo han reservado hasta terrenos para las estaciones, sabedores de que sus ciudades necesitan liberarse en lo posible del tráfico y conectarse a sus aeropuertos, universidades y hospitales.

En Vigo no parece haber esa preocupación, es más Abel Caballero zanjó hace unos meses hasta la posibilidad del debate proclamando: «el día que se decida que Vigo tenga un metro, el alcalde lo hará saber».