Los expertos apelan al sentido común. Marina Horjales y Luis González, profesores de la Facultad de Biología de la Universidad de Vigo, recomiendan a los padres los consejos «que recibíamos os nenos de aldea». Es decir, no comer nada que no se controle, «sobre todo froitos de cor vermella», señala Luis González. El peligro es mínimo. «Hai que ter en conta que ningún froito dos que estamos a falar parécese a unha mazá, non se confunden cos comestible». Aunque señala una excepción: «Os que se parecen ás moras, por iso falamos dos de cor vermella».
Paula Lage incide en la importancia de la educación: «No deberíamos alarmar a la población, siempre hemos convivido con especies vegetales potencialmente tóxicas, pero solo su mal uso puede producirnos un daño. No se trata de vetar todas aquellas especies que pueden producir toxicidad, sino de dar a conocer y educar a la población sobre el mundo vegetal». Con respecto al uso de determinadas especies en jardinería civil Lage explica que algunos ayuntamientos tienen una normativa municipal que regula las obras de jardinería. Entre otros aspectos habla de especies vegetales, y «en el caso particular de Vigo se hace referencia a evitar las plantas punzantes y espinosas en las zonas de tránsito y zonas de juegos infantiles. Los profesionales de zonas verdes tienen en cuenta las especies potencialmente tóxicas para evitarlas cerca de los parques infantiles».