Café y piso, todo en uno para capear la crisis

VIGO

Una pareja viguesa «fusiona» bar e inmobiliaria para hacerlos más rentables

12 sep 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Su inmobiliaria se iba a pique y no veía manera de sacarla adelante. Ya en plena crisis económica, hace ahora algo más de un año, muchos en la situación de Delmiro Rodríguez hubieran optado por cerrar, pero él se resistió a tomar esa determinación.

«Decidí cambiar la razón social del negocio para mi domicilio. Así trabajo desde el despacho de casa», explica Rodríguez. Pero no solo eso. Se deshizo del antiguo local y la cafetería que regenta su mujer pasó entonces a reunir los dos negocios. Y es que los escaparates del bar están empapelados con los anuncios de pisos de la inmobiliaria Masvivienda. Ahora, tomar un café y buscar piso son dos actividades que se pueden simultanear sin problema en la cafetería La Piscina, situada junto a la piscina municipal de O Carme.

«A los que vienen por primera vez suele llamarles la atención, pero la mayoría son clientes de toda la vida que nos conocen y ya estaban al tanto de la situación», comenta Rosa María Torres, esposa de Delmiro. Sin embargo, ambos reconocen que su idea es cuando menos curiosa. «Aunque yo lo veo como algo normal, una simple anécdota», aclara Rodríguez, que resta importancia a la fusión. «La cosa iba muy mal, había que improvisar y este fue el resultado», resume.

La nueva ubicación de la inmobiliaria no ha servido para frenar la caída en la venta de pisos, pero sí ha sido fundamental para la subsistencia del negocio. «Nos ahorramos el local y pagar a las personas que teníamos contratadas. Vas vendiendo un par de cosas en dos meses, luego cuatro sin nada... La crisis está resultando fatal, pero al menos es una forma de reducir los gastos», apunta Delmiro.

Sin olvidar que la cafetería supone un escaparate importante. «No es constante, pero a veces sí que preguntan por los pisos, leen las revistas mientras toman un café o se las llevan a casa», comenta Rosa María.

Los clientes habituales del bar ya ven el negocio cafetería-inmobiliaria como algo natural. «Desde el principio me llamó la atención y me fijé en los carteles, pero con los tiempos de crisis en los que estamos no me sorprende: hay que buscar alternativas como sea», señala Enrique, cliente que espera en La Piscina mientras su mujer va a natación. «Yo no busco piso, así que no les presto mucha atención. Pero sí que es un reclamo y me parece una buena forma de aprovechar el escaparate», dice Alberto, otro cliente del bar y trabajador de la piscina.

Innovar para atraer

El número de clientes de la cafetería, beneficiada por su ubicación, apenas se ha resentido por la crisis. «Viene mucha gente a esperar a los niños que van a la piscina o los traen aquí después», indica Rosa María. «Pero aunque el número de clientes no se reduzca, sí hay menos beneficio, porque piden un refresco para dos, o para los niños un vaso de agua», añade. «Últimamente los ingresos dan para pagar el local y poco más», reconoce.

De ahí que la pareja haya innovado también en otros aspectos del negocio. «Ofrecemos caramelos a los pequeños o cuentos para que se entretengan. Es una manera más de atraer a las madres para conseguir que vuelvan por aquí», explica.