«Pongo a Dios por testigo que este informe lo han cambiado», dijo un concejal en el pleno municipal

La Voz

VIGO

01 abr 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Las trifulcas siempre existieron en los plenos municipales. Prueba de ello es lo ocurrido en el pleno ordinario celebrado el 30 de marzo de 1964. Se discutía entonces la recepción de las obras de los bajos comerciales del mercado de A Pedra, bajo la entonces llamada plaza de Juan de Villavicencio. El asesor municipal decía que era procedente la recepción de las obras ejecutadas por Benito Malvar. El concejal De Caso advertía que los bajos carecían de agua corriente, a lo que el alcalde José Ramón Fontán respondía que esa «deficiencia lamentable» no aparecía recogida en el detalle del proyecto por lo que no se le podía exigir la subsanación al concesionario de las obras.

Entonces se entabló una discusión subida de tono sobre si el informe del proyecto había sido tergiversado. «Pongo a Dios por testigo de que este informe no es el mismo que yo leí por mis propios ojos en su día, que ha sido cambiado», gritó un concejal llamado Courel.

Mucho caso no debieron de hacerle el resto de los corporativos porque la moción fue aprobada. Eso sí, un concejal propuso que se suprimiera el mercado de A Pedra, a lo que el alcalde respondió que eso era imposible porque el mercado era «consustancial con la ciudad». Sin embargo, la nueva imagen del mercado no fue inaugurada hasta el 28 de marzo de 1966.

Aquel año, la Semana Santa coincidió con la fiesta de la Reconquista, con todo el parón social que suponía entonces. Justo, a la semana siguiente, la sala de fiestas Las Siete Torres acogía la gala de elección de Miss Vigo. La ganadora fue Manolita Álvarez Rodríguez.