Correr por la entrada de un piso

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12 feb 2009 . Actualizado a las 11:44 h.

Medida de choque contra la crisis. O Porriño celebrará el próximo domingo su carrera popular más concurrida, con más de 1.500 atletas en la línea de salida. El motivo de semejante reclamo para una prueba tan joven (será su tercera edición) el premio de una entrada para un piso valorada en 10.000 euros. Será mediante sorteo entre todos los participantes y el agraciado podrá elegir entre las viviendas que en estos momentos está construyendo la Promotora Pampillón Dávila en la localidad. Un premio sin precedentes en cuantas carreras se disputan en todo el territorio español.

«En tiempos de crisis necesitábamos un reclamo de impacto y que uno de nuestros patrocinadores principales tuviera repercusión», comenta Fredy Velasco, el máximo organizador del Interrunning de Porriño. El promotor también está satisfecho de la iniciativa: «Vinieron a hablar conmigo y preguntaron cómo se podía hacer y entre todos decidimos lo de la entrada. Cambio la comisión de la inmobiliaria por ayudar a un atleta», comenta José Dávila, que especifica que los pisos están valorados en un mínimo de 122.000 euros y que el agraciado tiene un mes para hacer la operación o para ceder su derecho a un familiar o conocido. Lo que está descartado es que reciba ese premio en metálico si rechaza el piso.

Participación

En ningún momento la organización pensó en darle el piso al ganador. Primero porque necesitarían dos (para la carrera masculina y femenina) y porque se reduciría mucho el elenco de aspirantes a recibir las llaves.

Porque además de cantidad también reúnen calidad, a lo más granado del fondo gallego aunque la fecha coincide con el autonómico de cros corto. «Contamos con la élite del atletismo gallego, no va a faltar nadie», dice el organizador. En hombres Pedro Nimo y Daniel Bargiela han comprometido su inscripción y otros como Lolo Penas e Iván Iglesias también están pendientes de su agenda para participar. En mujeres estará María Jesús Gestido, Soledad Castro y la lusa Manuela Machado, así como la histórica Xulia Vaquero y la embajada del fondo del Comesaña.

Junto a ellos un reguero de aficionados anónimos que ya bromean en los foros del atletismo gallego. «Ya me veo viviendo en Porriño», dice más de uno. Un hogar a cambio de 10 kilómetros por un circuito urbano y completamente remozado. Para irse familiarizando con el callejero y con las vistas.