El Manteca se convierte en el Xancarajazz

Soledad Antón soledad.anton@lavoz.es

VIGO

31 ene 2009 . Actualizado a las 02:51 h.

Ni en sus mejores sueños pensaba Gonzalo Villar que su particular travesía del desierto musical sería tan corta. Ha sido casi un visto y no visto (apenas un par de meses) lo que ha tardado en encontrar alternativa al Manteca. Advierte, eso sí, que más allá de la filosofía, nadie busque paralelismos entre el emblemático local fenecido y el que abrirá el lunes en la calle Isabel II, y en el que ayer le encontramos dando los penúltimos retoques.

Antes de entrar, en lo primero que se va a notar el cambio es en el nombre. «Xancarajazz me gustó siempre. Me parece un juego de palabras divertido. Ya quise ponérselo al Manteca hace 15 años, pero no me dejaron los colaboradores. Me decían que sus connotaciones folclóricas en el mejor caso, cuando no de borrachera, no eran las más adecuadas para un local de las características del mío», cuenta Gonzalo.

Añade que esta vez no se ha dejado aconsejar y ha hecho lo que le pedía el cuerpo. En resumidas cuentas, que Xancarajazz levantará el lunes el telón. En palabras de Villar, es un local pequeño pero muy coqueto. Pese a su reducido tamaño, no ha dudado ni un momento en reservar al escenario buena parte del mayor espacio. Y más. «Prácticamente ocupa una tercera parte», dice. Y es que ya dije que la filosofía no cambia, sigue siendo una buena mezcla de música en directo, lugar de encuentro y habituales de la casa.

Los últimos no faltarán el día de la apertura. El sarao empezará a las nueve de la noche. De los pinchos no se encargará un cátering al uso, sino a diferentes especialistas. Así, la empanada será de Lamari, la tortilla del Cosmos, la pizza de la cafetería de arriba... Todo ello regado con vino y cava. «Seguro que nos darán las tantas», vaticina Gonzalo, que dice que la música la pondrá el quinteto de la casa.

Casi sin solución de continuidad, los conciertos empezarán a sucederse. La temporada la abrirá el jueves y el viernes Jorge Pardo, una de las figuras españolas del jazz (que mezcla con el flamenco) con más proyección internacional. Ha compartido escenario con Tete Montoliu, Paco de Lucía y, más recientemente, con Chick Corea. Nunca hasta ahora un músico había tocado dos días seguidos en su local, pero precisamente el reducido tamaño del Xancarajazz le obliga a hacerlo con el fin de que puedan escucharle un mayor número de fans.

Otra de las actuaciones ya cerradas es la de Songniquete. Detrás de dicho nombre, igual de curioso que el del local, está el dúo formado por Cuchus Pimentel y Arturo Ruade. En este caso la cita será el día 20 de febrero. Pues eso, que el lunes será el primer día del resto de la vida del Xancarajazz.

Es como la definió el rector vigués, Alberto Gago, que presidió la entrega de la insignia de la institución a los titulares de los 53 mejores expedientes académicos, 32 de ellos en el apartado fin de carrera y los 21 restantes en el de doctorado. Ante la atenta mirada de familiares y amigos, muchos de ellos claramente emocionados, los galardonados agradecieron que se haya tenido en cuenta su esfuerzo.

Las mujeres, veinte en total, eran mayoría entre las licenciadas con mejor currículo. Por ámbitos, quince pertenecen al jurídico-social, nueve al tecnológico, cuatro al científico y otros cuatro al humanístico. En cuanto a los nuevos doctores, 16 pertenecen a los ámbitos científico y tecnológico.

La ceremonia, celebrada en la facultad de Económicas, contó con un invitado de excepción, el catedrático de Lingüística de la Autónoma de Madrid Juan Carlos Moreno Cabrera. En su intervención, defendió la pluralidad lingüística como símbolo de progreso.

La cara de sorpresa (agradable) de Emilio Pérez Touriño cuando llegó la hora de dar oficialmente por inaugurada la flamante sede de Texvigo, la ciudad del textil vigués, tiene una explicación: nunca antes en su larga carrera política había descubierto una placa tapada con una cortina de diseño. Claro que siendo el escenario el que era, es perfectamente comprensible. Incluso obligado diría.

La idea de la convocatoria fue de Goymar, el centro en el que se forman docenas de jóvenes diseñadores. Entre todas las propuestas presentadas, se decantaron por la de Fernanda Andrea Stoll, estudiante de tercer curso. Los asistentes tuvieron oportunidad de contemplar el resto de los trabajos, que se mostraron al público en el edificio dotacional de Texvigo.

A pesar de tratarse de un escenario de moda, los políticos presentes no se movieron un ápice de su clasicismo habitual. La excepción fue Corina Porro, que eligió para la ocasión un abrigo mostaza, diseño de una de las firmas de Texvigo.