El asador Arealonga de Chapela, Redondela, ha sido condenado a pagar 8.128,16 euros a un trabajador inmigrante que estaba sin contrato y que, además, no tenía legalizada su estancia en España.
El brasileño Caio Machado Lima era encargado y cocinero en el asador y tenía responsabilidades como la apertura y cierre del local, firmar albaranes o hacer caja, aunque la dueña del asador ni lo había contratado ni, por tanto, estaba dado de alta en la Seguridad Social.
Además, trabajaba «doce horas al día como mínimo» y cobraba unos 600 euros, mientras que según el convenio le correspondería casi el doble, 1.187,04 euros. El juzgado ha reconocido la relación laboral entre el trabajador inmigrante que estaba sin contrato y el restaurante donde fue encargado desde mayo de 2006 hasta marzo de 2008. El titular del juzgado de lo Social número 2 de Vigo, Germán Serrano Espinosa, ha condenado al asador a pagar la diferencia entre las cantidades que percibía el denunciante y lo que le correspondía, según el convenio colectivo.
Machado Lima aseguró que en el restaurante había en total unas cuatro personas inmigrantes, de varias nacionalidades, cuya estancia era irregular y que estaban en situaciones similares a la suya. En su caso, dejó el trabajo y optó por presentar una demanda en el juzgado, por la que se celebró un juicio y se ha condenado a la empresa que, según afirmó, no ha recurrido.
La CIG dijo que gracias a esta sentencia el demandante ha logrado legalizar su situación, al obtener un permiso de residencia por arraigo laboral. Algo que, según este sindicato, no es fácil de conseguir, como lo demuestra el hecho de que solo se concediesen ocho permisos en toda la provincia de Pontevedra durante el pasado año.