El Pilotes Posada sueña con reverdecer viejos laureles

J. V.

VIGO

30 sep 2008 . Actualizado a las 12:07 h.

Aquellos aficionados vigueses al balonmano desde hace más de diez aún recordarán a los Oleg Lvov, Yuri Nesterov, Panadero, Javier Valenzuela y Germán Muiños entre otros. Fueron los jugadores que protagonizaron la época dorada del Octavio Pilotes Posada, a mediados de la década de los noventa, cuando el equipo vigués había finalizada en la cuarta posición de la Liga Asobal (temporada 1995-96) y la sexta el año siguiente (96-97). En esos años los académicos jugaron en Europa y alcanzaron las semifinales de la Copa Asobal.

El Pilotes sueña con repetir esos viejos laureles tras un inicio de temporada realmente prometedor. Tres victorias en cuatro jornadas y los de Quique Domínguez están por delante de la clasificación incluso del todopoderoso Ciudad Real, aunque no pase de ser mera anécdota. Son quintos y, sobre todo, están haciendo gala de un gran balonmano a pesar de que han llegado muchos jugadores nuevos.

Los Martinovic, Nicola Prce, Infestas, Mitrovic, Javi Díaz y Gustavo Alonso, entre otros, tienen capacidad para emular a aquella gran generación de mediados de la década pasada.

El técnico, Quique Domínguez, admite que los resultados han generado una gran ilusión en el grupo: «Es un momento para disfrutarlo, tanto nosotros como la afición. La verdad es que nos están saliendo bien las cosas», comenta.

Opina que la clave de que estén saliendo tan bien las cosas está en que «se ha formado un grupo muy equilibrado y sobre todo que ha llegado gente humilde que sabe a lo que viene». Destaca además que los triunfos se han conseguido frente a rivales de categoría: «El Antequera, el Naturhouse, y en menor medida el Cuenca, han conformado plantillas muy buenas y no debemos quitarle mérito a lo que estamos haciendo. Sabíamos que teníamos un calendario complicado a principio de temporada y nos hemos preparado a conciencia».

Mejor que el año pasado

El inicio de liga ha sido mucho mejor que el del año pasado, cuando eran un recién ascendido de División de Honor B y al final acabaron en la decimoprimera posición de la tabla. En cuatro jornadas solamente llevaban dos puntos, tras sendos meritorios empates frente al Ademar de León y el Antequera. Ahora llevan seis, que son más de la tercera parte de lo que hará falta para mantenerse.

Esto hace soñar en metas más elevadas, con la clasificación europea como objetivo real. Aunque para conseguirlo, tendrán que «bajarse de la nube», como decía la semana pasada el presidente, Javier Rodríguez.

La próxima cita será una buena prueba de fuego para examinar el potencial del equipo vigués. El Octavio juega el sábado en la cancha del Granollers, sorprendente líder de la Asobal.