De Don Chiringo a señora mansión

Alberto Magro

VIGO

En la parcela a pie de dunas en la que Xustiza ordenó derribar un pequeño local hostelero se construye ahora un edificio de tres plantas aprobado inicialmente como hotel

30 ago 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

SE VE TORALLA, PERO NO LA PLAYA. El edificio, que se alza frente a otra «joya» urbanística, Toralla, tiene 663 metros distribuidos en tres plantas a pie de arena. | G.R.

Las playas de O Vao y Fontaiña suenan hoy a soldador y martillazo. A taladro y hormigonera. A obra, ladrillo y descaro urbanístico. Un descaro de tres plantas, jardín junto al mar y vistas a Toralla. La magia que acompaña a esa ciencia inexacta y lucrativa que es el urbanismo ha hecho que en el mismo sitio en el que se derribó en el año 2001 por orden judicial un pequeño y famoso negocio hostelero se esté levantando ahora un edificio de tres plantas con todos los papeles en regla.

La misma ley que en su día demolió Don Chiringo ampara hoy la construcción de un edificio de 663 metros cuadrados al que inicialmente se le concedió licencia para albergar un negocio hostelero. Eso fue en el año 2005, cuatro después de que Don Chiringo hubiese caído bajo la piqueta. «Los de Don Chiringo se lo vendieron a una gente, que no consiguió licencia, y esos a su vez se lo vendieron a los que ahora están construyendo», explica un líder vecinal de Coruxo, que lamenta la construcción de un edificio «tan grande en una zona de dunas», pero recuerda que los papeles están en regla.

Los visaron los Herederos de Darío Durán Gómez, que consiguieron lo que no habían logrado anteriormente los sucesivos dueños de la parcela de Don Chiringo: que Urbanismo, con el PP en el gobierno y el BNG de apoyo en materia urbanística, concediese licencia para construir un negocio hostelero (fechada el 10 de febrero del 2005) y que, posteriormente, ya este año y con el PSOE en el gobierno local, se revisase la licencia para que el inmueble dejase de ser un hotel para convertirse en vivienda unifamiliar.

¿Y la playa? Pues justo a la puerta del nuevo edificio de tres plantas, que alza su silueta frente a otra joya urbanística: la torre de Toralla. ¿Y las dunas? Pues la zona de regeneración de dunas que tiene el Concello de Vigo en Fontaiña muere en el jardín de la señora mansión que ocupa el sitio de Don Chiringo.

El Concello llegó tarde

Aunque si las dunas mueren allí no es porque se acaben, sino porque el ladrillo las detiene. Lo explica Eduardo González, experto en conservación de dunas de la Asociación Fontaiña, que está regenerando para el Concello la zona de litoral que ahora tapa la estructura de la nueva mansión: «El edificio se está construyendo en suelo de dunas. Y lo mismo ocurre con otra parcela circular que hay al lado. Pero está todo legal. El Concello llegó tarde a la compra de la finca. Se intentó comprar, pero ya era tarde, y ahora por muy aberrante que sea ver ese edificio en un sitio así pues no parece que haya solución».

La haya o no, no deja de ser curioso que en la licencia del edificio, presupuestado en 226.930 euros, se asegure que antes de aprobar la construcción se recabaron «os informes técnicos preceptivos (...) de ordenación urbanística e protección do medio rural de Galicia», que fueron favorables pese al impacto de la obra. ¿Y la protección del litoral y los famosos 500 metros? «En este caso eso no afecta, porque es suelo urbano consolidado. Lo que es más extraño es que se dé una licencia para construir un edificio hostelero en una parcela en la que el Tribunal Superior de Xustiza ordenó derribar un negocio hostelero por carecer de licencia y no ser compatible con la ordenación urbanística de la zona», analiza un ex responsable de Urbanismo, que vio cómo caía el galpón de Don Chiringo y ahora no acaba de entender la construcción de una señora mansión.