Vigo estrena unos taxis que reducen un 90% las emisiones contaminantes

Blanca A.-Blázquez Márquez

VIGO

El sistema, que rebaja los niveles de ruido a la mitad, está ya en catorce de los 553 coches locales

23 ago 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Vigo es, desde ayer, la primera ciudad gallega que despliega por sus calles taxis que utilizan como combustible gas licuado (GLP), una energía alternativa que permite reducir, en comparación con los motores diésel, hasta en un 90% las emisiones contaminantes y en un 50% los niveles de ruido.

De los 553 taxis que prestan servicio en la ciudad, catorce son los que incorporan el motor especial propio de los gases licuados, pero el objetivo es que la flota se amplíe «pronto», señala el presidente de la cooperativa de taxis de Vigo, José Eladio Viso. Lo que se pretende con su utilización es economizar e incrementar el ahorro de combustible, a la vez que se cuida el medio ambiente.

Los taxis de gas licuado ofrecen niveles de emisión más reducidos de los que se espera que alcancen los diésel en los próximos años. «Además, hay que tener en cuenta la calidad controlada y demostrada del combustible, su fiabilidad técnica, las prestaciones y el menor desgaste de los vehículos», indica Viso.

Esta iniciativa es pionera en Galicia. Muchas ciudades del territorio nacional ya utilizan estos taxis, pero Vigo se estrena a nivel autonómico. El proyecto está financiado por la Xunta. Pagan el 15% del valor de su precio neto y la cooperativa aspira a seguir contando con el apoyo en las futuras ampliaciones del parque de vehículos que emplean este sistema.

Por ahora, una sola gasolinera de la ciudad, en el camiño do Caramuxo, cuenta con un surtidor de este tipo de combustible.

El presidente del gremio taxista destacó que la reducción de emisión de aldehídos y de otros compuestos como el benceno, sustancias consideradas cancerígenas, en los vehículos GLP son claramente significativas en relación con las generadas por los motores diésel.

Además, el gas licuado no emite dióxido de azufre, culpable, junto con los óxidos de nitrógeno, de la lluvia ácida. Igualmente, los GLP reducen al mínimo las vibraciones del motor y eliminan los olores y los humos de aceleración característicos de los motores diésel.