Buceadores denuncian a Gaspar

Blanca A.-Blázquez Márquez

VIGO

La empresa Consamar y el Grupo de Rescate y Estudios Mamíferos Marinos exigen a la Consellería de Medio Ambiente que tome medidas por el ímpetu del animal

13 ago 2008 . Actualizado a las 11:31 h.

El delfín Gaspar vuelve a ser noticia. Lo que algunos entienden como un juego, otros consideran que se trata de un comportamiento peligroso. El Grupo de Rescate y Estudios Mamíferos Marinos (Gremmar) exigió ayer a la Consellería de Medio Ambiente que tome medidas sobre el animal después de que éste le diera un susto a un buzo de la empresa Consamar el pasado viernes mientras realizaba su trabajo.

Los hechos se produjeron cuando Gaspar agarró por una aleta al buceador hasta arrastrarlo unos cinco metros. «Aunque no sufrió ningún daño, aparte del susto, el delfín cuando ve a un buzo va directamente a él», señala el jefe y responsable de Consamar.

Los submarinistas de la empresa han decidido suspender sus trabajos hasta conocer las distintas actitudes que pueda adoptar el animal o bien hasta que la Administración tome las medidas que estime oportunas, puesto que «la seguridad de los buceadores del puerto es delicada cuando trabajan en aguas de visibilidad nula», asegura el portavoz del Gremmar, Antonio Rodríguez Folgar. En este sentido, el responsable de Consamar considera que «la seguridad es lo primero en un trabajo como el de buceador y que ésta no está grantizada».

Por otra parte, Rodríguez Folgar, reclama que la Consellería de Medio Ambiente preste atención al asunto y «no se lo tome a cachondeo, como viene haciendo desde que en el mes de diciembre se pusiera la primera queja». Está convencido de que Gaspar es inofensivo, pero asegura que si algún día está molesto por algo, puede que se le crucen los cables y reaccione de alguna forma que todos quieran lamentar.

Por otra parte, la persona que lleva el seguimiento del delfín desde el Centro de Estudio para Mamíferos Marinos alega que «Gaspar no deja de ser un juguete de 400 kilos que presenta un comportamiento anormal dentro de los de su especie. No socializa bien pero no por ello tiene que ser ofensivo». «Miles de buzos se topan diariamente con arroaces y no por ello hay que alarmarse ni denunciar los hechos», concluyen en el Cemma.