En el año 2003, se firmaba un convenio urbanístico que sentenciaba de muerte al conjunto arquitectónico de la Panificadora. El acuerdo firmado por Lois Pérez Castrillo y los dueños de la propiedad solo indultaba al conjunto de silos de la vieja fábrica que abasteció de harina a Vigo desde 1917. El resto sería dedicado a construcción de viviendas. Este convenio, incluido en el Pepri del Casco Vello, espera la aprobación del PXOM para entrar en vigor.
En la ciudad siempre hubo cierta sensibilidad hacia este elemento que ya forma parte del skyline vigués. Desde diferentes grupos de opinión se elevó la voz en favor de este ejemplo de arquitectura industrial realizado por Gómez Román. En 1995, el Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia solicitaba a la Xunta de Galicia que declarase al conjunto Bien de Interés Cultural, sin lograr tal objetivo. Ya en el año 2002, coincidiendo con el Día Mundial de la Arquitectura, nuevamente el COAG destacaba los valores arquitectónicos del conjunto.
Ahora, un grupo de ciudadanos se ha agrupado tras una página web (salvemoslapanificadora) para solicitar el respaldo de los ciudadanos en su afán por reclamar la pervivencia y rehabilitación de este elemento del patrimonio vigués.
Estilo hortera
«Pedimos al ayuntamiento, que si de verdad quieren derrumbar un edificio emblemático vigués, que sea este el ayuntamiento, que abran Vigo al mar de verdad o que desforren el hospital Xeral de esas placas verde cantoso. Pedimos a nuestro alcalde que piense con la cabeza y que si su equipo careciese del mínimo gusto estético que se EXIGE para aprobar planes urbanísticos, que no los aprueben modificando irremediablemente nuestra ciudad al más puro estilo hortera que ha caracterizado a nuestros concejales durante décadas», dice los organizadores de esta campaña a favor de la Panificadora.
De momento, el alcalde vigués propuso a la Dirección General del Libro del Ministerio de Cultura la utilización de los silos de la Panificadora como área de archivo de la biblioteca estatal prometida por el ministro Molina a Vigo. El Ministerio de Cultura tiene previsto invertir nueve millones de euros en la construcción de la biblioteca y otros dos en la dotación de material.
Así que, de momento, todo parece que los silos sí seguirán marcando la línea de cielo viguesa, pero el resto del conjunto está condenado a dejar sitio a nuevas viviendas, si no se cae antes de vergüenza.