«Los gallegos tenemos menos infartos que quienes comen dieta mediterránea»

VIGO

El jefe de atención primaria del centro de salud de Baiona publica un libro con consejos sobre nutrición para padres con hijos de entre 6 y14 años de edad

13 abr 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Una correcta alimentación es un hábito que debe adquirirse ya desde la infancia para poder disfrutar de una vida saludable y alejada de enfermedades. El jefe de la unidad de atención primaria de Baiona, Lorenzo Pousa, ayuda a conseguir este objetivo gracias a su primera obra de divulgación. Alimentación Sana es el título del libro que el vicepresidente de la Asociación Gallega de Estudios de la Dieta Atlántica (Asgaeda) ha publicado dentro de la colección Qué me dices de.. . , de Nova Galicia Edicións, y que el catedrático de Psicología Clínica de la Universidad de Santiago, Elisardo Becoña Iglesias, presentará el próximo sábado en el Ifevi, dentro del salón Todosalud.

-¿Por qué un libro sobre nutrición infantil?

-Un 15 por ciento de los niños son obesos y Galicia no es la excepción. La mala alimentación es un problema mundial que se está agravando y que conlleva en la edad adulta la aparición de enfermedades mortales. Se impone analizar porqué ocurre esto y de qué manera puede prevenirse este importante problema de salud pública. Es un libro muy práctico porque, además de analizar los alimentos, termina con una propuesta de menús saludables para niños de entre 6 y 14 años. Pretende ser útil a los alumnos, padres y profesores.

-¿Percibe en su consulta el aumento de la obesidad?

-Un porcentaje importante de nuestros pacientes presentan este problema. No lo hemos estudiado a fondo, pero vamos a empezar a hacerlo. Para ello hemos formado un equipo interdisciplinar formado por psicólogo, médicos y dietistas. Queremos estudiar los problemas de nutrición de la sociedad gallega y vamos a empezar en O Val Miñor.

-¿Pero las virtudes de la dieta atlántica no ponen un poco a salvo a los gallegos de este problema?

-La dieta atlántica combina legumbres, verduras, una carne y un pescado de muy buena calidad y vinos excelentes, todos los ingredientes para hacer menús muy saludables. Los gallegos, aunque tenemos sobrepeso y somos hipertensos, quizá padezcamos menos infartos que quienes consumen la dieta mediterránea, y ese es un dato importante.

-Entonces, ¿por qué aumenta la obesidad?

-Las circunstancias han cambiado. Los niños hacen menos ejercicio que antes porque pasan demasiadas horas sentados frente a la televisión o la pantalla del ordenador. Tienen hábitos dietéticas que son perniciosos. Comen con relativa frecuencia alimentos inadecuados y en cantidades importantes. La fruta o el yogur han dejado paso a otra clase de productos como los dónus o el cruasán. Los niños de mi época éramos más sanos porque comíamos mejor y estábamos todo el día jugando en la calle.

-¿Qué habría que cambiar para acabar con esta epidemia?

-Habría que cambiar el estilo de vida de las personas. Es lo que nos hace enfermos y tremendamente infelices. Vivimos muy deprisa, hablamos poco y estamos deprimidos y mal alimentados. Creo que ese es el secreto y el gran reto . Es un trabajo que le corresponde a la sociedad en general, a los padres, a los profesores, los sanitarios, pero no exclusivamente a los médicos. Nosotros poco podemos hacer si nuestros pacientes no practican un estilo de vida saludable. Hay que hacer ejercicio. Es tan importante como un buen medicamento. Estudios realizados demuestran que hace el mismo efecto en pacientes con angina de pecho. Debería formar parte rutinaria de nuestras vidas. Nos mantiene mejor física y psíquicamente, libera endorfinas, nos alivia la depresión y el estrés y nos mantiene en un buen peso y con menos colesterol y glucosa, eliminando una gran cantidad de factores de riesgo. Hacer ejercicio no implica ir a un gimnasio. Puede ser caminar todos los días durante una hora a un buen paso.

-¿Qué alimento quitaría de la dieta de un niño?

-Sobran los refrescos o los dulces, una cuestión difícil de conseguir, porque son apetitosos y además a un fácil alcance de los niños en los mismos recintos escolares. Los niños necesitan comer más verduras. Bien presentadas y si los padres también las consumen les acabarán gustando. Sobre todo tienen que desayunar muy bien, porque tendrán más energías para afrontar el día y no atiborrarse a la hora de la comida. A media mañana o por la tarde, basta con un pequeño bocadillo, fruta o yogur de merienda.