Caballero abre un nuevo frente

VIGO

Malestar en los grupos políticos ante la decisión del alcalde vigués de destinar para su uso exclusivo las dos salas de reuniones existentes en la primera planta del Concello

24 feb 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Concejales de los tres grupos políticos se afanaban el pasado lunes a la búsqueda de un lugar donde reunir las comisiones informativas previas a los plenos. Desde hace años este tipo de sesiones tenían lugar en una de las dos salas existentes en la primera planta del Concello, a pocos metros de las oficinas de la Alcaldía. Sin embargo, por primera vez en muchos años ambas estaban inutilizables.

Los únicos que sabían de que iba la cosa eran los socialistas y poco a poco se fueron enterando los del PP. Los últimos en darse cuenta que las cosas habían cambiado pertenecen al BNG, socio del PSOE en el gobierno. Al final se aclaró que las comisiones a partir de ahora utilizarán como sede una pequeña habitación próxima al salón de plenos, hasta ahora usada solo para tomar café en los descansos.

El motivo del cambio es bien sencillo. Abel Caballero decidió hace meses que la sala de la junta de gobierno local se reserve para las sesiones de este órgano además de para las ruedas de prensa suyas o reuniones en las que esté presente. En la práctica ello supone tenerla vacía y desocupada la mayor parte del tiempo.

Por lo que se refiere a la segunda sala, se encuentra en obras desde hace algunas semanas y, por tanto, está también fuera de uso. Ahora se ha sabido que Caballero ha decidido convertirla en una sala de prensa también exclusiva para el alcalde.

Estos cambios han dejado al Concello vigués sin salas de reuniones, algo verdaderamente sorprendente en un inmueble de once plantas aunque especialmente mal diseñado. Pero más sorprendente todavía es que una medida de este tipo no haya sido comentada previamente en el seno de gobierno de coalición PSOE-BNG ni al menos notificada a los miembros de la oposición popular.

Peregrinación

Un par de días antes de la convocatoria de las comisiones una concejala nacionalista tuvo un indicio de la nueva etapa. Por la tarde estaba convocada una reunión con varias asociaciones y durante un buen rato peregrinó de despacho buscando una sala para mantener el encuentro. La alternativa del piso once, donde existe un salón, no fue operativa al no localizarse la llave fuera del horario de apertura del Concello. Hasta ahora ningún alcalde había puesto obstáculos a que ambas salas se utilizarán para reuniones de los concejales.

Además de la batalla de las salas de comisiones, los socios del gobierno de una parte y el ala socialista y la oposición de otra, mantienen otros dos pulsos en los que el PSOE puede también quedar aislado ante la confluencia de populares y nacionalistas, algo que se comprobará con claridad en el pleno que se celebrará mañana.

De una parte el conflicto con la federación vecinal, a la que el PSOE quiere retirar varios ordenadores como represalia por sus críticas al Plan Xeral. De otra, el complicado asunto del supuesto espionaje informático y el acceso del PP por vía telemática a información reservada, que salió a relucir por la apertura sin licencia del centro de A Laxe.