La crisis dispara las demandas por pagos con letras y cheques sin fondos

VIGO

23 feb 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Los juzgados son el termómetro de la crisis. Es suficiente con examinar la evolución de la cifra de demandas cambiarias (por el pago con cheques, letras o pagarés sin fondos), hipotecarias (impago de las cuotas), desahucios o despidos.

Los juristas consideran que los juicios cambiarios son los que mejor reflejan la existencia de una crisis económica porque se trata de conflictos entre personas que mantienen una relación mercantil. Las empresas presentan estas demandas que siguen un procedimiento especial cuando quieren cobrar un cheque, pagaré o letra como pago por efectuar un trabajo y se topan con que la cuenta está a cero, sin fondos. El juzgado puede ordenar el embargo de los bienes del deudor. El problema es que el perjudicado ya ha efectuado sus gastos por cumplir el encargo y cuando esperaba hacer caja se topa con que carece de liquidez para abonar a sus proveedores, con quienes también había contraído deudas.

El decano de los Procuradores, Jesús González-Puelles, dice que un aumento de juicios cambiarios «es lo más peligroso que hay en economía» porque este indicador define el trabajo mercantil. El riesgo está en que las deudas de una empresa morosa arrastran a su cadena de proveedores y empleados.

Las estadísticas de asuntos presentados en los juzgados de Vigo auguran las peores noticias. En el 2003, (año en que el tipo de interés estaba a la mitad que ahora), las empresas viguesas presentaron 216 demandas cambiarias. En el 2007, alcanzaron los 307 casos, prácticamente un 50% más. Respecto al 2006, el aumento es del 25%. El número de demandas cambiarias del 2007 es la más elevado de la década.

Otro indicador es la falta de pago de la hipoteca. En el 2007, las financieras y prestamistas demandaron a 85 familias, el doble que en el 2001, que pueden perder su casa si no satisfacen las cuotas. También es la cifra más alta de la década.

Cascada de deudas

Los demandas ordinarias de Civil podrían ser otro indicador de la crisis, porque muchas son presentadas por los acreedores que reclaman cantidades de dinero a los morosos. Es la cifra más elevada desde el 2001, que tramitó 571 asuntos y que no han parado de crecer (salvo en el 2004) hasta alcanzar 1.123 casos en el 2007, el doble que hace siete años. Y los pleitos monitorios (para reclamar deudas inferiores a 30.050 euros que consten en un documento) se han cuadriplicado de 1.091 a 4.018 en siete años a un ritmo progresivo.

«Se nota que hay más asuntos y más reclamaciones por impagos de cantidades», confirma el decano de los Procuradores. Un funcionario veterano de Primera Instancia recordaba hace meses que «nunca tuvimos tanto trabajo como en los 80 y 90, cuando había muchos morosos y embargos por la crisis».

Las demandas cambiarias son más problemáticas que las hipotecarias. «Si un matrimonio deja de pagar las cuotas de un crédito se queda sin la casa y se acabó. Se reduce a un pleito entre la familia y su financiera. Pero en las demandas cambiarias, hay muchos implicados y, si alguien no cumple, arrastra al resto».

Juicios laborales

Otro indicador de la crisis se halla en los juzgados de lo Social. Se trataría de los despidos, las rescisiones de contratos, las demandas por impago de la seguridad social. Curiosamente, la cifra de 684 demandas por despido improcedente en el 2007 es la más bajas desde el 2003. El mismo bajón se observa con las demandas de desempleo: 72 casos en el 2007 frente a 126 en el 2003. Por el contrario, los 77 juicios por rescisión de contrato suponen el máximo registro de los últimos años.