Los portugueses están convencidos de que tras el bum de los vuelos de bajo costes no tardará en llegar el de los cruceros low cost y ya se han puesto manos a la obra para que captar el negocio. Al igual que en su día apostaron por la ampliación del aeropuerto de Sa Carneiro, la Autoridad Portuaria de Douro y Leixoes acaba de aprobar un proyecto de ampliación de la terminal de cruceros que, con una inversión de 35 millones de euros, permitirá dar entrada a buques de 300 metros de eslora, pensando precisamente en el fenómeno del bajo costo que, en el sector de los trasatlánticos, apuesta por navíos de grandes dimensiones.
Las autoridades lusas tiene prisa y exigen que el proyecto con forma de cefalópodo con tentáculos diseñado por el arquitecto Luis Pedro Silva esté terminado y operativo en el 2011, adelantándose así a su más cercano competidor internacional, el puerto de Vigo, cuyo proyecto de ampliación, diseñado por el arquitecto Jean Nouvel, todavía no ha recibido el visto bueno para su ejecución, por parte de la Autoridad Portuaria de Vigo.
Mientras el puerto vigués dilata en el tiempo la redefinición de sus planes de crecimiento, Portugal declara el turismo de cruceros cuestión prioritaria para su economía. «Es preciso que la región tenga condiciones para responder a esta afluencia de turistas. Es importante que la visita se repita que la región sea aconsejada por otros turistas» declaraba Antonio Jorge Costa, presidente del Instituto de Planeamento do turismo, este domingo al Jornal de Noticias.