La ex alcaldesa es una mujer con muchos misterios

VIGO

La portavoz del grupo popular colecciona figuras del belén, una afición que la conecta con una feliz infancia

16 dic 2007 . Actualizado a las 13:23 h.

Reconozco que hasta ayer desconocía el significado navideño del «misterio». La ex alcaldesa de Vigo, Corina Porro, nos dijo que coleccionaba misterios y su afición nos dejó algo extrañados pensando que se había convertido en una especie de señora Fletcher. Pero no. Los misterios son esa parte de los belenes integrada por sus protagonistas principales. A saber: José, María y el niño Jesús, aunque muchas versiones incluyen también a la mula, el buey y a veces, a los Reyes Magos. Y la portavoz del grupo municipal del PP tiene ejemplares en cada esquina de su casa.

Su interés por las figuritas del nacimiento le viene de la infancia y se emociona al recordar los tiempos en que su padre, -cuyo fallecimiento todavía hace que se le quiebre la voz al evocarlo- montaba el belén: «Es uno de los recuerdos de mi niñez más maravillosos. Todos los años nos hacía un nacimiento con unas figuras muy antiguas, que eran de mi abuelo. Desmontaba dos puertas de la casa y lo instalaba allí, sobre dos caballetes. Todavía recuerdo el olor a musgo y la alegría de aquel primer día de vacaciones. Todas aquellas figuras desaparecieron, se fueron perdiendo en sucesivos traslados y me da mucha pena. Ahora yo sigo manteniendo la tradición del belén, pero no desmonto puertas, lo instalo en una mesa grande en el garaje, que es una especie de multiusos donde también hago cenas para mis amigos».

Desde hace cinco años, Corina Porro vive alejada del bullicio urbano en una casa con una huerta en la que planta tomates, que intercambia por lechugas con su vecina, que a su vez le vende huevos. Pero toda esta parafernalia de trueques medievales ocurre a diez minutos del centro de Vigo. Y en ese garaje hay un belén enorme y muy trabajado, con sus figuras mecánicas, su agua corriendo y hasta su «caganet», que, siguiendo la tradición, Porro y sus tres hijos confeccionan todos juntos a principios de diciembre.

Es entonces cuando la política nacida en Ferrol el 1 de diciembre de 1953 saca del trastero su colección de misterios, que inició como una prolongación del belén, y los coloca por toda la casa y hasta en el jardín.

Hace cálculos y cuenta un total de dieciséis, y de todo tipo, tamaños y materiales diversos, desde los más tradicionales a recreaciones modernas de la Sagrada Familia.

No se acuerda de cuál fue el primero que tuvo, pero sí del último que adquirió, -ya que lo acaba de comprar para su primera nieta, Carla, que tiene dos meses y es la niña de sus ojos-, y del último que le regalaron, por ser el nacimiento más minimalista de la historia sagrada del arte misterioso. «De todas formas, -asegura-, yo no soy del tipo de persona que tiene apego a las cosas materiales. No soy de las que se llevan el disgusto del siglo por que se rompa o se extravíe algo». Lo que no perdona es una Navidad sin sus rituales. De hecho, se ha encargado de transmitírselo a sus hijos. A la primera que se independizó le regaló el primer belén que tuvieron en casa, y ahora tiene otro al que cada año, Corina Porro añade y modifica elementos de la escena pastoril.

La mayor parte los consigue en la papelería Comercial, uno de los establecimientos más antiguos de Vigo y de los pocos que tienen este tipo de mercancía. También sigue colocando por estas fechas tres botas para cada uno de sus vástagos. «Desde que eran niños, cada día de este mes corrían a buscar qué había dentro y siempre encontraban dentro algún pequeño regalo. Y todavía lo hacen».

Pero Corina Porro también atesora un buen número de campanillas y campanas (no campañas, aunque electorales lleva unas cuantas), y objetos de alfarería: «me encanta el barro y todo lo que tenga que ver con la tierra, y eso también tiene que ver con mi padre. Soy una amante de la naturaleza», afirma la mujer con más misterios de la corporación municipal.