El centro comercial A Laxe mide ocho metros más que los anunciados en su día

VIGO

VigoVello cree que Zona Franca y Concello, al conceder la licencia, ocultaron la altura total del inmueble

21 nov 2007 . Actualizado a las 11:36 h.

Los quince metros de altura que medía el centro comercial A Laxe son realmente veintitrés, como pudo comprobar esta misma semana la asociación de comerciantes y empresarios del Casco Vello.

La presidenta y la gerente de VigoVello, Itos Domínguez y Lucía Carreira, tuvieron ocasión de revisar el proyecto con un experto y de confirmar sus sospechas.

Cuando en el momento del inicio de la obra se aseguró a los vecinos que el edificio alcanzaría sólo quince metros y que apenas ocultaría la ría, lo que se ocultó fue un detalle: la altura que alcanzarían las casetas de servicios construidas a mayores sobre el centro comercial y que equivalen a más de dos pisos.

De hecho, la licencia municipal para la reforma del inmueble, concedida por el gobierno actual el pasado 2 de julio, contempla los 15,63 metros solicitados, pero deja la puerta abierta a otras posibilidades al añadir en el texto: «sobre esta altura admitirase a existencia de elementos singulares, salas de instalacións, maquinaria e equipos vinculados ás instalacións propias deste tipo de edificios».

La asociación VigoVello entiende que tanto la Zona Franca, promotora del proyecto, como el Concello, al conceder la licencia, ocultaron la altura total del inmueble para calmar los ánimos de los ciudadanos que se oponían a su construcción. Advierte que el añadido de las casetas es más que suficiente para ocultar completamente la vista de la ría desde el mirador de A Pedra, al margen de la penosa estética.

Los comerciantes recuerdan que en su momento se anunció a bombo y platillo la reducción de la altura del edificio, pese a que en una parte se limitaba a un metro y en otra a 1,75.

Para VigoVello, por si todo esto fuera poco, el despropósito se ha coronado con un cartel publicitario inadecuado para la ubicación del centro.

Desde Zona Franca se explica que el proyecto estuvo en exposición pública, lo que facilitó el acceso a toda la población, y que la obra cumple todos los requisitos. Los responsables del consorcio no entienden las protestas por el cartel publicitario de una multinacional cuando, a su juicio, su ubicación significa una revalorización de todos los locales del entorno. Consideran que las protestas ahora están fuera de tono porque la obra ya es irreversible.