«Precisamos al menos cuatro meses para hacer los cambios»

J.F

VIGO

12 oct 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Las tormentosas relaciones del ala socialista del gobierno local y Consultora Galega eran un secreto a voces desde que se constituyó la actual corporación. Tras una etapa de tanteos, el equipo redactor exigió recibir por escrito las propuestas concretas de cambios en el Plan General. El pasado día 3 remitió a Carmela Silva su respuesta, 19 folios en los que formalmente se mostraban dispuestos a hacer el trabajo. Sin embargo, la cantidad de inconvenientes y pegas eran en la práctica una negativa. Quieren al menos cuatro meses para introducir el 40% de vivienda protegida y otras cuestiones las ven simplemente imposibles. Hasta el punto de que piden a la concejala de Urbanismo que «si cree que alguien puede hacer el trabajo en menor plazo les animaríamos a que lo hiciesen, aunque con el convencimiento de que es imposible». También deja claro el equipo redactor que han cumplido su contrato, que tienen otros compromisos y que esta nueva ampliación supondrá un nuevo desembolso para el Concello.

La existencia de este escrito de Consultora Galega fue desvelada por el BNG, que se negó a difundirlo. Tampoco el PSOE aceptó darlo a conocer, aunque finalmente ha salido a la luz. Estos son algunos aspectos extractados de su contenido.

«Modificar la propoción de vivienda protegida va a reducir el valor del producto inmobiliario lo que obligará a incrementar la edificabilidad o a reducir las cargas sin aumentar la edificabilidad. Ha de quedar claro que este cambio implica necesariamente rehacer los 409 ámbitos, rehacer todos los documentos y las ordenaciones detalladas ya que el tanto por ciento de vivienda protegida no es una variable que entra en juego en medio del proceso sino que es un dato de partida. Por todo ello estimamos que el plazo nunca podría ser inferior a cuatro meses».

Decisión voluntaria

Consultora recuerda a Silva que este cambio no es un imperativo legal «por lo que en este escenario a nuestro juicio el Plan General debería someterse a una nueva información pública y habría que iniciar esta vez sí la evaluación ambiental del documento. En definitiva, es posible que después de seis años nos encontrásemos volviendo al punto cero».

En la parte final de su respuesta, el equipo redactor cuestiona de forma pormenorizada las peticiones de cambios en ámbitos concretos, caso de Liñeiriños y otros varios. Asegura que las demandas para reducir las afecciones, el derribo de viviendas o aceptar las demandas vecinales ya las han tenido en cuenta.

En lo relativo a puntos de Teis, Doctor Corbal o Balbarda llegan a decir que «este equipo redactor se siente incapaz, tras llegar al límite de lo posible, de avanzar más en el estudio de estas piezas y directamente asumirá las modificaciones que ordene la Gerencia, que habrá de concretarlas de manera que puedan ser llevadas al documento».