La Molinera, edificio de usos mútiples

Gerardo González Martín

VIGO

Desde una fábrica de harinas a dos colegios acogió el singular inmueble

30 sep 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Es un Vigo en gran medida inédito el que hoy les mostramos en nuestra fotografía. Inédito incluso en las viejas postales, ya que es difícil localizar tomas semejantes a ésta en la calle de García Barbón, aunque haya otras en las que aparecen como aquí dos emblemas de la rúa, los dos, por entonces, de reciente construcción: el edificio de La Molinera y la iglesia de Santiago de Vigo.

El inmueble destinado en principio a la molienda, en definitiva a la produccióln de harinas, era una construcción de ladrillo, de cinco plantas de altura, más lo que albergaba bajo cubiertas. Negocio aquel construído no sólo con capital local, sino también con participación de significativos personajes ajenos a la ciudad, caso del pontevedrés Marqués de Riestra. Es la misma casa que hoy acoge el bingo Apetesfra y una de las numerosas muestras de construcción singular que han desaparecido en Vigo, como puede comprobarse en el libro de Jaime Garrido, «La ciudad que se perdió»

Garrido, precisamente, ha lamentado en su más célebre libro que la falta de normativa municipal permitiera echar abajo este edificio que, según el prestigioso profesional, era de estilo ecléctico con reminiscencias románicas en las composición de las pilastras y huecos de fachada.

Técnico

La Molinera fue construída como una gran mole para la época, dado que no se prodigaban los edificios de tanta altura, a finales del siglo XIX. En aquella iniciativa participó Luis Conde Balbís, uno de los adelantados de la electrificación en Galicia, que impulsó numerosos complejos industriales y residió algún tiempo en nuestra ciudad. Aquel técnico también suministró buena parte del material de algunaas de las más importantes iniciativas industriales de su tiempo.

Hay evidencias de que La Molinera funcionó durante una década y media, aproximadamente, sobre los 2.560 metros cuadrados que ocupó. La curiosa decoración del edificio se basaba fundamentalmente en el ladrillo visto, pero el inmueble tenía otra singularidad, y es que no contaba con entrada directa desde la calle. Al término de la primera guerra mundial la empresa se arruinó, dado que el significativo encarecimiento que experimentaron las materias primas hicieron inviable el negocio, cosa que ocurrió por entonces con otras actividades en muchos sectores.

Durante la mayor parte del tiempo que permaneció activa La Molinera, tuvo a su lado una sede del Partido Socialista, que aparece en el bajo del edificio que figura primero a la izquierda en la fotografía de la calle de García Barbón.

Ya que nos hemos referido a Conde Balbís, es obligado aludir entre los promotores de La Molinera a Cefereino L. Maestú Sequeiros, sin duda el que más bregó para ver en pie aquel proyecto. Llenó toda una época de la vida local, como político urzaista, es decir, seguidor de Angel Urzáiz, con fama de apaciguador de aquellas huestes, muchas veces alborotadas en la Restauración.

Entre otras responsabilidades, aquel personaje presidió la Cámara Oficial de Comercio Indudustria y Navegación y Obras del Puerto. En el primer caso demostrando en más de una ocasión que era generoso, puesto que tuvo que sacar dinero del bolsillo para mantener funcionando con normalidad a la Cámara. Un hijo de aquel Maestú fue alcalde de Vigo y él sería, en los últimos años de su vida, presidente de la Junta Local de Emigración.

En cuanto al edificio de La Molinera digamos que al poco de abondar su actividad industrial, se convirtió en colegio Sagrado Corazón de Jesús, que fue el primer establecimiento docente de los jesuitas en Vigo. Allí continuaría hasta que se trasladaron a su actual sede de Bellavista, algo que ocurrió en 1928. El espacio de la Compañía de Jesús en García Barbón fue ocupado por un colegio privado, el Mezquita, y en tiempos de la guerra civil el inmueble fue destinado a cuartel.