Las asociaciones rechazan trabajar partiendo del documento ya redactado Los representantes se reafirmaron en su postura en la última asamblea celebrada la noche del martes
09 ago 2006 . Actualizado a las 07:00 h.El ofrecimiento del gobierno municipal de contratar asesoramiento técnico a las asociaciones vecinales no le servirá para salvar el polémico Plan General que contempla la recalificación de terrenos comprados por directivos del Celta. Los representantes parroquiales aceptarán las ayudas que el alcalde les ha puesto sobre la mesa desde hace un mes, pero siempre con la finalidad de elaborar un nuevo documento que esté libre de cualquier sospecha de corrupción urbanística y de tráfico de información privilegiada. Así lo acordaron en la última asamblea celebrada la noche del martes pasado en el centro sociocultural de la parroquia de Camos. La respuesta fue comunicada ayer al alcalde a través de una nota introducida en el registro municipal. El encuentro vecinal sirvió también para valorar positivamente la reunión celebrada la semana pasada con el objetivo de conocer la postura de los representantes políticos sobre el futuro del urbanismo en Nigrán. Postura del PP Los portavoces vecinales también leyeron en la asamblea el escrito del PP en el que expresan su postura sobre el futuro del urbanismo en el municipio. Este partido es el único que defiende mantener el documento ya redactado porque creen que empezar de cero significaría perder otros cinco años como mínimo. Por otra parte, también opinan que los cambios legislativos previstos para el futuro podrían repercutir en contra de las necesidades de desarrollo del municipio de Nigrán. Mientras tanto, los grupos de la oposición coinciden con los vecinos en la necesidad de elaborar un nuevo planeamiento urbanístico elaborado desde el consenso y con la máxima transparencia. Los representantes de los colectivos ciudadanos ya han celebrado dos reuniones durante el presente mes de agosto y tienen previsto llevar a cabo más iniciativas durante los próximos días para no bajar la guardia en la temporada de verano en su lucha en favor de un urbanismo racional y que defienda los intereses de los vecinos y no de unos pocos promotores.