El espejo de Rudi, Barberá y Villalobos

La Voz

VIGO

03 jul 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

«¡A ver si esta vez acertamos con Vigo!». La frase exclamativa es de Fraga. El presidente de la Xunta se la soltó recientemente a un significado dirigente de un importante organismo económico de esta ciudad. Las palabras de don Manuel dejan entrever cuando menos dos cosas: que Vigo le ha dado muchos quebraderos de cabeza y que la opción de Corina Porro es una apuesta novedosa. Sin duda lo es. De entrada, esta asistente sanitaria de 48 años se va a convertir en la primera mujer que encabeza una candidatura con opciones reales de gobierno. Un factor imprevisible en una urbe de tradición obrera e industrial para la que muchos reclaman un toque femenino. Muy pocas mujeres han disfrutado aquí de cierto poder; en distinta medida, cabría citar los nombres de Enma González y Dolores Villarino. El PP quiere que las conselleiras Porro y Manuela López Besteiro continúen en Vigo y Lugo, respectivamente, la estela de las Luisa Fernández Rudi (Zaragoza), Rita Barberá (Valencia), Celia Villalobos (Málaga) o Teófila Martínez (Cádiz). En el caso de la viguesa de adopción (ferrolana de nacimiento) nadie lo hubiese dicho hace tan sólo unos años. Entró en política de la mano de Manuel Pérez, que en 1995 la convirtió en concejala de Bienestar Social. Su gestión fue aplaudida. Supo sobreponerse a quienes pretendían ver en ella a una mujer-florero y sobrevivir a las guerras internas del PP (Pérez-Cuiña) y a una más que difícil convivencia con su compañera de grupo Maite Fernández. Se granjeó las simpatías de numerosos colectivos en Vigo e hizo que el conselleiro de Sanidade, Hernández Cochón, acabase fijándose en ella. Primero la tentó con la delegación provincial. No la aceptó. Pero los malos resultados de la candidatura que encabezaron Juan Corral y Horacio Gómez en 1999 (en la que ella iba de número 4) hicieron que aceptase el puesto de directora xeral de Servicios Sociais. Es obvio que el salto a la Xunta lo hizo con buen pie. Conselleira tras las últimas elecciones, Corina Porro está a punto de repetir los pasos de quien fuera su padrino político. Manuel Pérez tuvo que abandonar el departamento de Traballo a instancias de Fraga para optar a la alcaldía de Vigo. Su reto consistirá en recuperar la mayoría absoluta, que se logró entonces con éxito y que no pocos consideran irrepetible en las actuales circunstancias. Corina Porro ha sorprendido a propios y extraños en el último año. Tiene línea directa con el presidente y eso hace que muchas bocas se callen. Quienes la descartaban ahora la consideran. Descatacos dirigentes del PP, vista la experiencia reciente, consideran que en las próximas elecciones no será tan importante el candidado como el equipo que se le muestre a la ciudadanía para gobernar. Ataques El partido confía en que haya muchos colectivos, como los mayores o las mujeres, que apuesten por Corina Porro sin ser necesariamente simpatizantes del PP. No faltará quien la tilde de marioneta de Santiago (ya lo hicieron con sus antecesores), pero hay que descartar los ataques personales de Castrillo, con el que mantiene una buena relación, y de Pérez Mariño, que prepara una campaña atípica para lo que se acostumbra en una ciudad abonada con frecuencia a lo negativo. La candidata se propone hacer buenas las encuestas y demostrar que la mejor universidad está en la calle y que el mejor currículum lo da la vida.