El Sol muere entre aplausos en Fisterra

por eduardo eiroa

SOCIEDAD

El crepúsculo es todo un espectáculo en el fin del mundo

16 jul 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Dicen que Décimo Junio Bruto, después de pacificar el norte de España, llegó hasta el promontorio Nerio y vio, entre la admiración y el horror, el mayor espectáculo que contemplaron sus ojos, el del Sol muriendo al atardecer donde acaba el mundo, en Fisterra. Sus pupilas tenían mucho mundo, pero el general romano, seguro que abrió la boca de un palmo al contemplar aquel espectáculo.

Exactamente el mismo que casi 2.000 años después admiraban ayer decenas de turistas en el mismo lugar.

Aunque el cabo Fisterra no siempre es generoso en sus vistas y la borraxeira frustra a veces las esperanzas del espectador. Cuando está por la labor, lo da todo. Hasta lágrimas se ven en ese lugar en el que se despide con aplausos al astro rey.

Cuenta la leyenda que antes de que llegaran los romanos ya estaba allí el Ara Solis, un altar dedicado, precisamente, al Sol. Y es que antes de que se supiera de América, allí acababa el mundo conocido. El Sol no daba vueltas en torno a la Tierra, sino que se ocultaba, entre rojas llamaradas, en el Atlántico.

Aunque la ciencia haya dado al traste con toda esa mítica, el espectáculo en Fisterra no hay quien lo quite, y no hay turista y peregrino que se precie que no se asome a las rocas para ver, en religioso silencio, el final del día.

Los había ayer solos, en grupo y en parejas. Estas últimas tenían también la posibilidad de comprobar si es cierta otra tradición bien cercana. Unos metros más allá, en la conocida como ermita de San Guillerme, una piedra hace de lecho en el que, cuentan, está garantizada la fertilidad.

Si no interesa todo el lote, vale la pena quedarse con la puesta de sol, y si la niebla lo impide, se repite al día siguiente. Ventajas de las cosas que aún son gratis.

22.00 horas

En el Monte do Cabo, al lado del faro fisterrán En torno a las diez de la noche, en julio, el Sol se pone en el Atlántico en Fisterra, una fiesta para no perderse.