Crean un ojo embrionario a partir de células madre

Raúl Romar García
R. Romar REDACCIÓN / LA VOZ

CIENCIA

El avance, desarrollado por científicos japoneses en ratones, permitirá en el futuro nuevos métodos para reparar la retina

07 abr 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Que las células madre embrionarias tienen la capacidad de especializarse en cualquier célula del organismo es algo que los científicos saben desde hace mucho tiempo. Pero el maná de la medicina regenerativa se resiste, y más aún si lo que se pretende son crear órganos, y los investigadores de todo el mundo que trabajan en este campo apenas han obtenido resultados alentadores que permitan pasar de la teoría a la práctica. Ahora, la prueba de que es posible, aunque de momento en una fase muy incipiente, acaba de llegar de un equipo de científicos japoneses, que ha logrado, por primera vez, crear un ojo embrionario a partir de las células madre de un ratón. El trabajo se publica hoy en Nature.

Los científicos cultivaron en una placa petri grupos flotantes de células madre embrionarias de tejido de retina de ratón y comprobaron cómo se organizaron en una red tridimensional similar a la estructura por capas de la capa óptica, la zona a partir de la cual se desarrolla la retina durante la embriogénesis.

Uno de los aspectos más sorprendentes del experimento es que las células, aunque comenzaron a desarrollarse como un conjunto de células desordenadas, consiguieron autorregularse para dirigir su destino celular. «Las células hicieron el trabajo ellas mismas, sin ser empujadas», explica el director del trabajo, Yoshiki Sasai, del Centro Rieken de Biología del Desarrollo de Kobe. «Lo que hemos podido hacer -añade- es resolver un problema de casi un siglo de antigüedad en la embriología, mostrando que los precursores de la retina tienen la capacidad inherente de dar lugar a la compleja estructura de la copa óptica».

El avance abre la puerta a la creación de células madre aptas para la reparación de la retina, lo que permitiría actuar frente a enfermedades como la retinitis pigmentaria, que suele conducir a la ceguera. Queda, sin embargo, un largo trabajo por delante, aunque Sasai expresó su convencimiento de que «no pasará mucho tiempo antes de su uso clínico experimental».