Expedición Malaspina: Galicia toma el pulso al CO2 oceánico

Raúl Romar García
raúl romar LAS PALMAS / ENVIADO ESPECIAL

SOCIEDAD

El «Sarmiento de Gamboa» zarpó ayer rumbo a Santo Domingo

28 ene 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

«España juega en la Primera División de la oceanografía mundial, pero con la expedición Malaspina entraremos en la Champions League». Alonso Hernández, de la Universidad de Las Palmas, es consciente de que la campaña que dirige en el Sarmiento de Gamboa y que ayer se inició en Las Palmas no es una más. Forma parte de la mayor expedición de la historia sobre cambio global y la más importante desarrollada por España. A bordo, 26 científicos chequearán durante 53 días ininterrumpidos los cambios físicos y químicos de la ruta colombina, el paralelo 44º Norte, una sección oceánica esencial para auscultar la evolución del cambio climático.

Más de 250 científicos involucrados en un proyecto coordinado por el CSIC, de los que la mayoría ya han embarcado en el buque Hespérides o lo harán en los próximos meses, dan idea de la magnitud del reto. Un desafío que también ha sabido apreciar la afición. La ciudad de Las Palmas se volcó con el Sarmiento de Gamboa en el día y medio que permaneció en puerto. Y ayer, en la despedida, empujó con su aliento el primer día de travesía. Nadie que pintara algo en la ciudad faltó a la cita.

Las Palmas, al igual que el archipiélago canario, se ha visto afectada en los últimos días por un fuerte temporal de viento y lluvias torrenciales, un episodio extremo del que han dado cuenta con profusión los periódicos locales. ¿Qué está pasando?, se preguntan. Una contribución a esta respuesta se espera ofrecer desde el Sarmiento de Gamboa, con base en Vigo. Y parte de ella vendrá de los tres científicos gallegos a bordo del barco. Marcos Vázquez, que afronta su octava campaña, a la que le seguirá una estancia de un año en Hawái contratado por la universidad del estado, y Antonio Padín, con nueve expediciones oceanográficas a sus espaldas, analizarán durante el trayecto si el océano sigue siendo la gran esponja que absorbe el C02 que se libera desde la tierra a la atmósfera. Mientras este mecanismo continúe en acción, el efecto invernadero no se disparará. Ocurrirá lo contrario, sin embargo, si expulsa el 25% del gas que se emite desde tierra y que ahora retiene en sus aguas.

«O océano actúa como un sumidoiro, pero no Atlántico norte xa se está a notar unha perda de absorción, e queremos ver si aquí ocorre o mesmo», explica Vázquez, del Instituto de Investigacións Mariñas (CSIC) de Vigo y natural de Cangas. «Imos comprobar si continúa esta tendencia á diminución», corrobora su colega Padín, de O Grove, aunque advierte de que serán necesarias muchas más campañas para tomar el pulso al C02 oceánico.

Pero la acumulación de dióxido de carbono no solo tiene un efecto perverso para el clima, sino también para la propia productividad del océano. El C02 disuelto en el agua se convierte en ácido carbónico, un veneno para los animales con concha calcárea; desde la revolución industrial la acidez marina ha aumentado un 30%, lo nunca visto en los últimos 55 millones de años, y la tasa se acelerará en las próximas décadas. «É un risco real que hai que ter moi en conta», apostilla Vázquez.

Otra amenaza es la pérdida de oxígeno, un factor que analizará en la campaña María García, una gallega de Esteiro (Muros) que trabajó en el Instituto Español de Oceanografía (IEO) de Tenerife. Para ella, esta será su primera travesía. «Faime ilusión -explica- estar nunha campaña tan grande».

«Ciencia a lo grande»

«Hoy despedimos al Sarmiento, que aportará importantes datos sobre el impacto del cambio global y la biodiversidad en el océano», señaló ayer el presidente del CSIC, Rafael Rodrigo, quien remachó: «Los científicos y técnicos que van abordo comparten un objetivo, hacer ciencia a lo grande». Eduardo Balguerías, director del IEO, destacó que la expedición ofrecerá resultados inmediatos y «nos dará una fotografía del estado actual de los océanos».

El Sarmiento de Gamboa es un escenario de lujo para esta misión. Mario Manríquez, director técnico de la Unidad de Tecnología Marina del CSIC, muestra con orgullo los completos laboratorios e instrumental científico de que dispone el buque. «El barco está muy bien equipado y el científico no necesita traer equipos porque ya los tiene dentro», explica.

El Sarmiento de Gamboa, al igual que el Hespérides, emulará la que hasta ahora ha sido la mayor expedición oceanográfica de la historia de España, la desarrollada durante cinco años por Alejandro Malaspina en 1789. Su historia se ha visto reflejada en un cómic dibujado por Luis Resines. La historia comienza en la torre de Hércules de A Coruña, donde fue encarcelado Malaspina después de completar su expedición. Esta vez, la suerte será distinta.