La Xunta ofrece este año solo quince plazas para nuevos investigadores

Raúl Romar García
R. Romar REDACCIÓN/LA VOZ.

SOCIEDAD

Los colectivos de afectados convocan una manifestación para evitar la «defunción» de la ciencia en Galicia

15 dic 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Quince. Y ni una más. Estas son todas las plazas para la contratación de investigadores que la Xunta, a través de la Dirección Xeral de I+D+i, convocará para este año. Y todas del programa Isidro Parga Pondal, dirigido a científicos en su mayoría con una acreditada experiencia profesional y un mínimo de dos años de trabajo en el extranjero. Solo que la convocatoria prevé un contrato con una duración máxima de tres años, por los cinco habituales, y sin ningún programa añadido, como el Manuel Colmeiro, para su consolidación posterior en los centros receptores.

No hay ni un solo puesto para que los investigadores más jóvenes puedan incorporarse al sistema: programas María Barbeito (predoctorales) y Ángeles Alvariño (posdoctorales). Como tampoco hay oferta para las convocatorias Lucas Barreto e Isabel Labrada, dirigidas a tecnólogos. Y las quince plazas que se convocarán contrastan con las 586 ofertadas en el 2008 -un 95,5% menos- y con las 246 del pasado año. Son números más que suficientes para que las asociaciones de investigadores Precarios-Galicia y Parga Pondal hayan convocado una manifestación para mañana, a las doce del mediodía, en Santiago detrás del edificio de la Xunta. Tratan de evitar «a defunción da ciencia en Galicia».

«A situación é desesperada», confiesa Noelia Cotón, presidenta de Precarios-Galicia. Temen por su futuro y por la desaparición de la carrera investigadora en Galicia, definida en el plan de I+D+I Incite (2006-20010), a punto de expirar y, según los afectados, «sen alternativa».

«Un poco de orden»

Para la Xunta, sin embargo, nada de esto va a suceder. «Que quede claro que aquí no vamos a desmantelar nada, sino a poner un poco de orden», asegura el director xeral de I+D+i, Ricardo Capilla, dependiente de la Consellería de Economía. Las quince plazas ofertadas responden «única y exclusivamente a lo que se ha acordado con las universidades, que nos han pedido un número que se ajusta a sus verdaderas necesidades de personal investigador», explica Capilla.

El problema real, a juicio de la Xunta, es que la investigación en Galicia ha vivido en los últimos años por encima de sus posibilidades, ya que se han ofertado plazas que luego los centros receptores, principalmente las universidades, no han podido asumir porque su financiación procede fundamentalmente de su carga docente, no de la investigadora. «Lo que se ha hecho hasta ahora ha sido inflar el sistema para que luego el que venga arree. Se ha crecido de una forma no organizada y se ha creado un problema; lo que hay que hacer ahora es poner orden, aplicar el sentido común y ajustar la oferta a las necesidades reales».

Otra visión es la que ofrece Antonio Rodríguez, presidente de la entidad Parga Pondal. «Botan balóns fora por todas as partes, tanto universidades como Xunta, pero ningún asume o problema». El problema, a su juicio, es que el dinero que la sociedad gallega ha invertido en los investigadores acabará perdiéndose o, lo que es peor, generará valor añadido fuera. «Hai moitos Parga Pondal que lideran proxectos que obtiveron con cargo a fondos públicos ou de empresas. E, si quedan fóra, levarán estes proxectos a outro lado, co que é un investimento que perde a sociedade galega».