Investigadores en busca de pacientes

Sara Carreira Piñeiro
Sara Carreira REDACCIÓN/LA VOZ.

SOCIEDAD

Un proyecto para relacionar el ejercicio físico con la mejora motora y cognitiva de los enfermos de párkinson necesita voluntarios de toda Galicia

13 sep 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Un equipo multidisciplinar de la Universidade da Coruña tiene un proyecto: estudiar si el ejercicio físico controlado y vigilado supone alguna mejora en los enfermos de párkinson, tanto a nivel motor como cognitivo. Los investigadores que forman el grupo tienen uno de los laboratorios más completos de España para sacar conclusiones en este campo, pero les falta el material fundamental de su trabajo: los enfermos. Tienen pacientes que ya colaboran con ellos, pero necesitan más y de diferentes lugares, para tener una idea global de la dolencia y de paso saber si sus métodos son eficaces.

Miguel Fernández del Olmo es uno de los expertos que ha puesto en marcha el grupo Aprendizaje y Control del Movimiento Humano, y explica cuál es el proceso que seguirán los pacientes que colaboren con esta iniciativa: «El enfermo no tendrá que asumir ningún gasto, solo necesitamos que tenga interés y tiempo. Nosotros estamos convencidos del efecto neuroprotector del ejercicio, que es la línea de investigación que se está llevando en otros lugares, desde Estados Unidos a Noruega, y queremos comprobarlo aquí».

Examen completo

Lo primero que haría el paciente es someterse en un completo examen: por una parte, un médico del deporte valorará su estado y si la práctica de ejercicio le podría suponer algún riesgo; por otra, el neurólogo Diego Santos, del Hospital Arquitecto Marcide de Ferrol, hará una batería de pruebas sobre su situación médica. Con eso comenzaría el estudio, que tiene cinco semanas de duración y que consiste en hacer ejercicio físico controlado por sensores y electrodos. Los investigadores medirán la longitud de la zancada, su fuerza, trayectoria, velocidad y aceleración a través de unas cámaras especiales que transmiten todo tipo de datos a un ordenador. Los otros doctores, Olalla Bello y José Andrés Sánchez Molina, especialistas en fisioterapia y biomecánica, efectuarán un seguimiento de todo el proceso.

Si esto es único en Galicia, la segunda parte del proyecto es la más novedosa e interesante, y, según Fernández del Olmo, una combinación pionera en España: la estimulación magnética transcraneal, la única manera de entrar en un cerebro de forma no invasiva. El aparato genera un campo magnético que, aplicado cerca del cerebro, se convierte en un impulso eléctrico y, finalmente, en movimiento. Fernández del Olmo indica que «aplicado sobre un punto concreto de la cabeza podemos hacer que se mueva el músculo que nos interese y según la fuerza con que llega la señal podemos saber el daño cognitivo y la evolución de una persona» antes y después del ensayo.

Es la combinación de estas dos pruebas lo que determinará el grado de mejora del enfermo con el ejercicio. El voluntario acudirá tres veces por semana y una vez que pase el período de cinco, volverá mensualmente para controlar su evolución.

El factor más invalidante

Fernández quiere que ese sea el primer paso, porque su objetivo es mucho más ambicioso: «Tenemos un centro muy bien dotado, con aparatos, espacio, especialistas y hasta piscina. Nuestro objetivo es que el paciente, una vez pase el tiempo del estudio, pueda seguir viniendo, que esto sea útil para él si quiere».

Los trabajos realizados hasta ahora indican que uno de los factores más invalidantes del párkinson son los problemas motores, más allá del temblor que, aunque puede ser molesto, es más llamativo que otra cosa.

Pérdida de la zancada

Pero ir perdiendo la zancada es un factor de enorme peso: «El enfermo empieza andando con pasos más cortos, torpes, tropieza, tiene miedo a caerse o se cae, y eso hace que comience a rechazar salir a la calle. Entonces se queda más tiempo en casa, se aísla del resto», explica Fernández. Por eso, controlar la forma de andar y poder corregirlo -o cuando menos ralentizar su deterioro- es una manera, creen estos expertos coruñeses, de alargar la calidad de vida de los enfermos.