Un equipo francés realiza el primer trasplante total de cara del mundo

R. R. REDACCIÓN/LA VOZ.

SOCIEDAD

Sustituyó los párpados y el equipo lacrimal del paciente, algo que no se había conseguido anteriormente

09 jul 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Jérôme era un hombre elefante. Nació con el síndrome de Proteus y su rostro le horrorizaba. Lo miraban como a un extraterrestre y su vida se había convertido en un infierno. Hasta que decidió cambiar de cara. Ahora se ha convertido en la primera persona en recibir un trasplante total de rostro. Nada quedó de su antigua apariencia. Ni siquiera los párpados, ni el líquido lacrimal ni la lengua. Todo lo recibió de un donante cadavérico.

La reconstrucción total, realizada en Francia por el equipo del cirujano Laurent Lantieri, que ya había participado en otro trasplante parcial hace tres años, supera, supuestamente, la realizada el pasado mes de abril en el Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, que en su momento se presentó como el primer trasplante total de rostro del mundo tras una operación que había durado 22 horas.

«Somos los únicos que por ahora hemos trasplantado una cara entera, con los párpados y todo el sistema lacrimal», según resaltó el cirujano Laurent Lantieri en una entrevista concedida al diario Le Parisien.

El hombre trasplantado, en una intervención realizada el pasado 27 de junio y que apenas duró doce horas, evoluciona favorablemente, aunque se está pendiente del rechazo que pueda experimentar hacia su nuevo injerto.

Jérôme, el trasplantado, llevaba varios años intentando modificar un rostro en el que no se reconocía. Previamente había sido objeto de quince operaciones de estética, pero ninguna le satisfizo. Llevaba esperando dos años a que le cedieran una nueva cara y poder dar así un giro a su vida. De momento, lo logró. «Los riesgos de infección y de rechazo son grandes», pero los beneficios son tan importantes para el paciente, que ha vivido hasta ahora una verdadera exclusión social, que ha valido la pena», explica Lantieri.

Jérôme espera ahora iniciar una nueva vida. Cuando se miró al espejo, según relató su médico, levantó ambos pulgares. Había quedado satisfecho.