Trabajadores y directivos desechan la oferta de financiación del grupo que apoya el Elíseo y se escoran a la izquierda
29 jun 2010 . Actualizado a las 02:00 h.Con el acuerdo prácticamente unánime de los trabajadores y once votos sobre veinte del Consejo de Vigilancia, el trío Bergé-Niel-Pigasse entra en el grupo francés de Le Monde, tras dos meses de suspense no exentos de presiones políticas. El presidente Nicolas Sarkozy se había pronunciado a favor de la otra oferta, la presentada conjuntamente por el grupo Prisa, Orange-France Telecom y Le Nouvel Observateur.
Los nuevos socios deberán aportar diez millones de euros para paliar las dificultades del grupo y emprender las negociaciones para una recapitalización antes del otoño. El diario está fuertemente endeudado y debe reestructurar su imprenta. En realidad harán falta entre 80 y 120 millones de euros para su recapitalización. La Sociedad de Redactores cerró el viernes las puertas a la oferta de Prisa y sus asociados reconociendo que «la intervención de Nicolas Sarkozy ha contado».
El presidente francés llamó hace dos semanas al director, Eric Fottorino, en principio para recriminarle un duro editorial sobre su política de reformas. La conversación acabó en amenaza: si Le Monde optaba por Bergé-Niel-Pigasse, podía olvidarse de las ayudas oficiales para reformar la imprenta.
El presidente concentró sus críticas en Xavier Niel, de quien destacó su temperamento libertario; también están lejos de su influencia Pierre Bergè, cofundador de Yves Saint-Laurent, fiel a la izquierda; y el banquero Matthieu Pigasse, militante del Partido Socialista.
En el veto de los trabajadores a Prisa pesaron otros argumentos. De entrada les parecía una oferta poco creíble por la participación en el grupo español de los fondos americanos Liberty Acquisition y por la deuda de Prisa de casi cinco mil millones de euros, muy superior a la que tiene que afrontar Le Monde.
Si algunos tenían dudas, las disipó el pasado jueves Xavier Niel, que impresionó a los redactores del periódico con su exposición de la estrategia industrial a desplegar en torno al grupo. La solidez económica del trío ganador y su capacidad para poner sobre la mesa 110 millones de euros fue, sostienen, el argumento definitivo.