Pelos y medias contra la marea negra

Karin Zeitvogel WASHINGTON/AFP.

SOCIEDAD

Gente de todo el mundo dona su cabello y el de sus mascotas para fabricar barreras flotantes y esponjas que absorban el petróleo de la plataforma «Deepwater Horizon»

11 may 2010 . Actualizado a las 02:03 h.

«Se ha inscrito gente de Francia, Inglaterra, España, Brasil, Australia, todo Canadá y Estados Unidos», cuenta Lisa Gautier, cofundadora de la organización caritativa Matter of Trust, que conecta productos reciclados, como el pelo, con causas que los necesitan, y que está coordinando la recogida de cabello, pelo de animal y medias para luchar contra la marea negra. «Hay 370.000 peluquerías mandando cabello, 100.000 salones de mascotas, granjas de alpacas y ovejas», explica Gautier.

La cadena nacional de cuidado de mascotas Petco se unió al esfuerzo el jueves pasado. «Pienso que podemos enviar hasta una tonelada por día», asegura la portavoz de la compañía, Brooke Simon. Matter of Trust había recibido hasta el viernes unos 204.000 kilos de este material. ¿Locura colectiva o una forma real de colaborar contra el desastre?

El cabello y el pelo absorben de cuatro a seis veces su peso en petróleo, lo cual no es desdeñable, explica Peter Lane, presidente de Applied Fabric Technologies Inc., el segundo mayor fabricante mundial de barreras flotantes contra el crudo. Aclara, no obstante, que las barreras industriales, rellenas con microfibras sintéticas, pueden absorber hasta quince veces su peso en petróleo. La idea de usar cabello en estos menesteres surgió de un peluquero de Alabama, Phil McCrory, al observar a las nutrias marinas cubiertas de petróleo procedente del derrame del buque Exxon Valdez en Alaska, en 1989. «El pelo retiene lo graso, naturalmente. Siendo el petróleo graso, el cabello es como pan bendito», explica Daisye Suduran, directora del salón de belleza de un gran hotel de Nueva Orleans y responsable improvisada de la centralización de todo el cabello cortado en la ciudad.

Una vez rellenados con pelo, los pantis parecen salchichas gigantes de kilo y medio cada una. «El Ejército vendrá a buscarlas para colocarlas en cajones de langostas. Hundirán esas jaulas 50 centímetros bajo el agua para absorber el petróleo», explica Daisye. Cuando estén llenas de crudo, serán retiradas y «eliminadas de una forma respetuosa con el medio».

Mientras las barreras que se están instalando en las aguas del golfo de México deben contener la marea negra en su progresión hacia los frágiles pantanos del delta del Misisipi, las de pelo se dispondrán en las playas para absorber el petróleo arrastrado hasta la orilla.

Lo que parece claro es que cualquier cosa vale tras el sonoro fracaso este fin de semana de la gran cúpula diseñada por BP, que ahora se plantea instalar otra más pequeña, de acero y hormigón, sobre las fugas.