Asturias ensaya un nuevo sistema de captura de dióxido de carbono

Efe

SOCIEDAD

Consiste en licuar el gas para obtener CO2 puro, susceptible de ser comprimido y confinado en el subsuelo

29 dic 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

La central térmica de La Pereda (Mieres) pondrá en marcha de forma experimental un nuevo proceso de captura de dióxido de carbono (CO2) que servirá para saber hasta qué punto el sistema empleado es eficiente y económico para su posterior aplicación a escala industrial y comercial. Así lo indicó ayer en Oviedo el presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Rafael Rodrigo, quien asistió a la presentación de la tercera fase de este proyecto, que ya ha superado las dos primeras de pruebas de laboratorio con «resultados esperanzadores».

Ahora se pondrá a prueba la técnica de captura de CO2 mediante carbonatación-calcinación, desarrollada por el Instituto del Carbón (INCAR) en colaboración con Hunosa, Endesa Generación y Foster Wheeler Energía, a través de una planta piloto de captura de un megavatio térmico que se instalará en la central de La Pereda, en la cuenca minera del Caudal.

Al acto de presentación también acudieron el presidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), Enrique Martínez Robles, y el responsable del Grupo de Capturas del INCAR, Carlos Abanades, además de diversos representantes de las tres compañías implicadas en el desarrollo y puesta en marcha de esta innovadora tecnología.

Como comentó Martínez Robles, «es del interés de todos que se resuelvan los problemas más graves que tiene el carbón como fuente de energía, como la producción del CO2», por lo que si este proyecto consigue su objetivo «será una posibilidad mayor para la utilización del carbón».

Abanades explicó durante su intervención que hay una «gran necesidad» de reducir los costes y la penalización energética en esta clase de proyectos, en los que la captura del CO2 supone el mayor de los gastos, muy por encima de su posterior transporte y almacenamiento, y son muy variadas las líneas de investigación abiertas en este campo.

En este sentido, la técnica utilizada en Asturias precisa de altas temperaturas, por lo que se puede utilizar de forma eficiente el calor residual que generan las propia centrales, lo que hace este sistema más competitivo.

Para Abanades, «la cadena completa» para lograr disminuir la cantidad de CO2 en la atmósfera pasa por separarlo en condiciones de alta pureza, comprimirlo hasta alcanzar presiones que lo lleven a estado semejante a un líquido e inyectarlo en el subsuelo, lo que en España, a falta de grandes yacimientos de petróleo o de gas, se hará en formaciones geológicas de más de un kilómetro de profundidad, donde hay capacidades «ingentes» de almacenamiento.

Se calcula que todo el CO2 que emita Europa durante el siglo XXI se puede almacenar en el yacimiento del mar del Norte, «pero hay que hacerlo bien» con garantías.