El paso de la caza a la agricultura pudo ser más lento y extenso de lo pensado

EFE

SOCIEDAD

En Tell al Marj, el IIIPC ha encontrado un poblado campesino de 8.000 años antigüedad.

10 dic 2009 . Actualizado a las 15:43 h.

La historia de la Humanidad dio un giro hace 12.000 años en Oriente Próximo con la aparición de la agricultura y la ganadería, pero la transición de las sociedades de cazadores-recolectores hacia la nueva forma de vida pudo ser más larga, compleja y extensa geográficamente de lo que se pensaba.

Así lo sugiere un yacimiento neolítico descubierto por el Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria (IIIPC) en Tell al Marj, al oeste de la ciudad de Homs (Siria), en un punto intermedio entre los dos ríos que tradicionalmente se han tomado como focos donde nació y se irradió a Europa y Asia la agricultura: el Éufrates y el Jordán.

Con la colaboración de la Universidad de Saint-Joseph de Beirut y la Dirección General de Antigüedades de Siria, un equipo del IIIPC ha excavado este año uno de los 50 yacimientos arqueológicos que localizó en 2004 en la región de Homs gracias a la desclasificación de las fotografías de la zona tomadas durante la Guerra Fría por el satélite estadounidense «Corona».

En Tell al Marj, el IIIPC ha encontrado un poblado campesino de 8.000 años antigüedad, con dos casas rectangulares de muros de piedra y «sofisticados pavimentos» de piedra y tierra batida, las primeras construcciones de esa tipología que se conocen en la zona, según han explicado hoy los investigadores españoles Juan José Ibáñez (CSIC) y Jesús González Urquijo (Universidad de Cantabria).

El yacimiento ha proporcionado además información sobre las creencias de la época relacionadas con los bóvidos (una figura de barro cocido y un cráneo de toro enterrado en los cimientos de la casa), sobre la aparición de un incipiente modelo de gestión de los excedentes de producción de alimentos (un sello de barro) y sobre la existencia de vías de comercio con otros grupos humanos (útiles de obsidiana procedentes de Anatolia).

Sin embargo, para Ibáñez y González Urquijo, lo más interesante de los yacimientos descubiertos en la vasta extensión geográfica que media entre los ríos Éufrates y Jordán consiste en que puede cambiar modelo generalmente aceptado sobre cómo aparecieron y se extendieron la agricultura y la ganadería en el Neolítico.

«El proceso de transformación de cazadores-recolectores a agricultores-ganaderos está bien documentado en el Jordán y en el medio Éufrates, pero en toda la zona intermedia hay un vacío de conocimiento», ha explicado hoy Juan José Ibáñez.

Para su compañero de trabajo González Urquijo, los yacimientos de Siria, como el de Tell al Marj, ponen en cuestión que esa revolución del Neolítico tuviera dos focos muy localizados (el Jordán y el Éufrates) y que se basara en las invenciones de grupos humanos concretos que luego se extendieron.

«El modelo que estamos contribuyendo a generar indica que el proceso, primero, es mucho más largo y probablemente abarca cinco o seis milenios y, segundo, es mucho más amplio en términos geográficos», ha apuntado este investigador.