Berlusconi y el Vaticano se unen en la defensa del crucifijo en el aula

La Voz

SOCIEDAD

«Nos quitan los símbolos amados y nos dejan con las calabazas [de Halloween]», se queja el cardenal Bertone

05 nov 2009 . Actualizado a las 16:26 h.

La decisión del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) de condenar a Italia por exhibir crucifijos en las escuelas públicas ha provocado una contestación rotunda en el país, encabezada por el presidente del Gobierno, Silvio Berlusconi, que secundó ayer al Vaticano a la hora de calificar la sentencia como «totalmente inaceptable». «Sabemos desde siempre que Italia es un país en el que la historia del cristianismo es su propia historia», precisó Berlusconi durante una nueva entrega de viviendas en la localidad de Fossa, en la provincia de L'Aquila, a los afectados por el terremoto.

El martes se conoció la sentencia del TEDH, que considera que la exhibición del crucifijo en las aulas viola el derecho de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones religiosas, así como el derecho de los niños a la libertad de religión, un fallo que Federico Lombardi, portavoz de la Santa Sede, calificó de «inaceptable». El número dos del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, fue ayer más rotundo. «Nos quitan los símbolos más amados», dijo Bertone, y añadió: «Esta Europa del tercer milenio nos deja solo con las calabazas de la fiesta que acaba de pasar [en referencia a Halloween, considerada anticristiana al rendir homenaje a las brujas]».

Bertone elogió la posición del Gobierno italiano, que presentará un recurso contra la sentencia, y comentó que espera que «otros Gobiernos presenten recursos, porque es un asunto que concierne no solo a Italia, sino también a la Unión Europea e incluso a otros».

División en España

Mientras las organizaciones de padres Concapa y Cofapa subrayaron ayer la «intolerancia» que supone imponer la supresión del crucifijo en las escuelas y denunciaron la «imposición de un laicismo intolerante», las Juventudes Socialistas pidieron la retirada de todos los símbolos religiosos de las aulas.

Según la Concapa, la laicidad no puede entenderse como exclusión pública del hecho religioso. «En coherencia con tal doctrina, debería prohibirse en la escuela publica cualquier indumentaria que significara un signo religioso», dice esta organización, ni sería admisible, prosigue, la distinción de la comida que hacen algunos centros para alumnos de religiones minoritarias.

Por su parte, la Confederación de Padres de Alumnos (Cofapa) confía en que los tribunales opten por la libertad y la neutralidad ante las opciones religiosas o agnósticas de los ciudadanos. «Nadie puede obligar a que las convicciones religiosas salgan de la escuela y por eso hay que escuchar la opinión de los padres a través de los consejos escolares», señala esta organización.

También ayer, el grupo de ERC en el Congreso anunció que presentará una iniciativa parlamentaria a fin de que el Gobierno y las autonomías procedan a dar «directrices inmediatas» para que se retiren los crucifijos de las escuelas públicas y se garantice la laicidad. El portavoz parlamentario de ERC, Joan Ridao, calificó la sentencia de Estrasburgo como un avance en una «dirección muy positiva» y pidió que el Ejecutivo tome nota.