La ciencia gallega exporta esperanza

SOCIEDAD

Una asociación de Teo trata de recuperar a grandes lesionados, entre ellos el príncipe Kardam de Bulgaria, con una técnica basada en la hormona del crecimiento

22 sep 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Jean Baptiste Lamarck, considerado el padre de la biología, postuló hace casi dos siglos que «la función hace al órgano». Con esa premisa, un equipo dirigido por el catedrático de la Universidade de Santiago Jesús Devesa está dando grandes pasos en la rehabilitación física e intelectual de todos aquellos que la precisen, «un proyecto, en principio, encaminado al paciente neurológico, con daño cerebral o periférico, congénito o adquirido, pero también para todos aquellos que, por su patología -cardiovascular, diabetes...- requieran un trabajo de rehabilitación intenso y específico», señalan desde la Asociación para el Proyecto Foltra.

Durante los últimos meses ha sido un secreto a voces que hasta la sede de la entidad, en Cacheiras, junto a Santiago, se había desplazado el príncipe Kardam -hijo del depuesto rey y ex primer ministro Simeón de Bulgaria- para recibir tratamiento por parte del equipo de Jesús Devesa, algo que Proyecto Foltra nunca ha confirmado ni desmentido.

La esposa de Kardam de Bulgaria, Míriam de Ungría, realizaba sin embargo días atrás declaraciones a la revista Semana en las que se mostraba muy satisfecha con la evolución de su marido. Ambos trasladaron su domicilio a un chalé de Cacheiras, al igual que la sede social de la empresa de servicios empresariales que regenta Míriam.

El pasado mes de mayo, la directiva de la entidad Ana Peleteiro señalaba que el método aplicado en Foltra es «ciencia y mucho trabajo». La utilización de la hormona del crecimiento para nuevas posibilidades terapéuticas es una de las líneas de trabajo aplicadas. De sus buenos resultados da cuenta la recuperación de una joven de 26 años que pudo volver a hablar y a comer después de quince años sin hacerlo. El caso fue publicado en el Journal of Rehabilitation Medicine, bajo la firma de siete autores de Santiago y A Coruña.

Jesús Devesa señaló entonces que la hormona del crecimiento «siempre fue el eje de mi vida de investigación», y que aunque desde 1984 ha publicado trabajos sobre ella, el caso de la joven de 26 años es el primero sobre efectos en humanos diferentes a los que se le reconocen.

También matizaba el catedrático que la hormona de crecimiento no funciona siempre y que depende del tipo de lesión.

Desde Foltra señalan que hay una serie de patologías de carácter crónico que aumentan cada día en la población: accidentes de tráfico con secuelas importantes, patologías cardíacas y neurales (centrales y periféricas), diabetes, esclerosis múltiple, esclerosis lateral amiotrófica...

También se muestran convencidos del adecuado tratamiento hospitalario que reciben estas patologías, «pero es asimismo indudable que gran parte de los pacientes, particularmente los derivados de accidentes y patologías neurológicas, no siempre salen de los servicios públicos de rehabilitación perfectamente habilitados para una vida normal».

Y eso se debe, según Foltra, tanto a la propia naturaleza de las lesiones sufridas, que pueden ser irrecuperables, «pero también es cierto que el que la cada vez mayor demanda en relación con la disponibilidad del servicio obliga a que muchos pacientes tengan que recurrir, tras el alta hospitalaria, a servicios de rehabilitación, a veces durante años».

Jesús Devesa considera que la hormona de crecimiento «es el astro rey de las hormonas del organismo», y que lo mismo se puede utilizar para recuperar fracturas que para la revascularización, los infartos o la recuperación neurológica no total, pero sí importante. La asociación mantiene contactos con el Centro Nacional de Parapléjicos de Toledo para desarrollar un estudio clínico conjunto.