El globo de Betanzos salió un año más ante 70.000 personas

SOCIEDAD

17 ago 2009 . Actualizado a las 02:07 h.

A la familia Pita dale papel, rotuladores, paja, unos maderos y un mechero y son capaces de lanzar al cielo el globo acartonado más grande del mundo. Y no solo les sale bien una vez, sino 134, pues desde 1875 no han fallado jamás. Les sale siempre redondo. Y va con segundas. Al cierre de esta edición al gordinflón lo rodearon 70.000 personas y aun así se escapará. Siempre lo mismo: A las once y media de la noche se procede a colgar el globo en la torre de la iglesia de Santo Domingo y se comienza a inflar con el calor de una fogata de paja. Una vez erguido se hace girar para que se puedan observar los dibujos inéditos que lo decoran llenos de crítica social a los acontecimientos sucedidos durante el año.

Repican las campanas, se escuchan aplausos y vítores, mientras el globo se aleja hasta que parece una avellana. Y las miles de personas que acuden a la cita no quitan la vista del cielo hasta que el ingenio de papel se pierde entre las nubes. Que las había, pero débiles y la noche fue agradable.

La fiesta del globo empezó media hora antes, cuando el globo salió desinflado de la iglesia de Santo Domingo. Lo escoltaban decenas de vecinos, colaboradores eternos de los Pita. Empezaba el espectáculo. Los veteranos, castigados por la fatiga física, que no emotiva, supervisaban el hinchado. No se fian. Dos hombres se encargaban de mantener la mecha en el interior del aerostato. Alrededor de cien aguantan el papel por los empalmes. Tres en la torre suben o bajan la cuerda. Según la conveniencia. El material empleado para alimentar ?el fuego era paja de centeno macho y papel impregnados en aceite usado. Además, dos mechas de quince kilogramos de guata, hilas y gasolina. Casi, casi, tan complicado como lanzar un cohete al espacio.

Antes de la elevación final, el ?globo gira sobre sí mismo empujado suavemente por varios brigantinos que muestran orgullosos cada uno de los dibujos que lo acompañan. «Dádelle voltas. Que se vexa ben», son los comentarios habituales.

Y luego a esperar. De Lugo a Pontevedra, a cualquiera le puede caer encima. Si hacemos caso a la leyenda, hace muchos años el globo de Betanzos llegó a Gran Bretaña. No existe testigo alguno de la barbaridad. Tampoco es manco el que jura que otro alcanzó Portugal, cuando en realidad llegó a Pontevedra, que tampoco es moco de pavo. No, lo normal es que no pase de Coirós. A lo más que viajó fue a la provincia de Lugo, a Pontevedra o a Fisterra. Y es que el globo de Betanzos es como un rockero, con una vida corta pero al límite. Son 110 kilos de peso distribuidos en 25 metros de altura y 50 metros de diámetro. Tampoco le sobra altura de miras. Llega a los 400 metros de altura a merced de las corrientes. Si se topa con un viento caliente, poco mundo.