Las urbes gallegas ganan metros verdes en el extrarradio, pero olvidan el centro

SOCIEDAD

26 jul 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Resulta paradójico que una de las comunidades autónomas más verdes de España tenga los núcleos urbanos más grises, pero así es. Las siete urbes más pobladas de Galicia (las cuatro capitales de provincia, Vigo, Santiago y Ferrol) han ganado un millón y medio de metros cuadrados de espacios verdes desde el 2003, pasando de 10 a 11,5 millones, pero solo gracias a extensas áreas de extrarradio, como Bens en A Coruña o el Carlomagno en Santiago, por lo que las cifras son engañosas.

Los cascos urbanos, ensanches y barrios céntricos mantienen su vieja estructura de hormigón y polución, con exiguos espacios al aire libre en los que se hacinan los vecinos los fines de semana. La ratio que mide los metros cuadrados de verde por habitante ha subido en esos seis años de 7 metros cuadrados a los 12,6 actuales, pero en el centro de las urbes sigue en muchos casos por debajo de 2, cuando la recomendación mínima de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es entre 10 y 15.

Andrés Precedo, catedrático de Xeografía Humana en la Universidade de Santiago y experto en urbanismo, explica que «las ciudades han mejorado sus zonas verdes con grandes áreas poco accesibles, como ocurre en Vigo con Castrelos o en Santiago. El Monte do Gozo no cumple la misión de un jardín de barrio o de centro, que es lo que buscan mayores y familias con niños, los principales usuarios de estos servicios».

Por tanto, las zonas verdes están cada vez más lejos de los vecinos, mientras las carencias siguen al lado de sus casas. «La ocupación del suelo edificado es tan densa en estas ciudades -prosigue Precedo- que hay una carencia enorme de zonas arboladas en las calles. El aprovechamiento máximo del suelo con fines especulativos imposibilita plantar árboles, y ahí es donde nos diferenciamos de otras urbes de España. La deuda pendiente está en el centro, en los barrios. En Barcelona se ha experimentado el vaciado de manzanas, con éxito en muchos casos, y podría intentarse».

Pero incluso con parques de extrarradio, ciudades como Vigo, Ferrol u Ourense no llegan a la recomendación mínima de la OMS. Ni siquiera a la media nacional, que es de 9,91, según un estudio de la Asociación Española de Parques y Jardines Públicos. Su presidente, Félix Moral, sostiene que «el verde en Galicia es algo natural y, por tanto, sus ciudades deberían tener más árboles». Llegar al nivel de Washington, con 72 metros por habitante, parece una utopía.