¿Y si nos vamos a Mongolia en coche?», se dijeron hace meses Edgar Vigo, Fátima Ameneiro, Noé Parga y Chus Álvarez, cuatro jóvenes gallegos, aficionados unos y profesionales otros del automovilismo. Lo hacen por pasión a este deporte y por un fin que sí justifica los medios precarios con los que cuentan para llegar a Ulán Bator: llevar medicamentos y productos de primera necesidad a la capital de Mongolia.
Su aventura se enmarca en el Mongol Rally, con cinco ediciones a sus espaldas, en el que participan 400 equipos de todo el mundo. Habrá tres salidas, desde Barcelona, Londres y Milán, para luego reunirse todos los aventureros en Praga, donde cada equipo iniciará la aventura por su cuenta. «Sabemos que el cansancio físico va a ser grande, vamos a conducir una media de entre ocho y diez horas diarias, que iremos rebajando a medida que nos vayamos alejando de Europa», comentó Chus.
Saldrán el día 16 y estarán un mes al volante de dos Fiat Seicento para recorrer más de 13.000 kilómetros y atravesar diez países. Los coches son de segunda mano y pasarán una revisión antes de partir hacia el lejano objetivo. «Es un requisito de la organización que los vehículos no superen los 1.200 centímetros cúbicos», comenta Edgar.
Aseguran que van preparados para todo lo que pueda ocurrir: ausencia de carreteras, sobornos policiales, enfermedades, problemas técnicos... pero sobre todo, y no por ellos sino por a quienes van a ayudar, quieren llegar a la meta.