El Premio Fonseca recae en el líder medioambiental James Lovelock

SOCIEDAD

Este galardón de divulgación científica se le otorgó hace un año a Stephen Hawking

27 may 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Quizás no tenga la trascendencia mediática de su predecesor, el científico Stephen Hawking, pero el también británico James E. Lovelock (1919) es un más que reconocido investigador independiente, meteorólogo, escritor, inventor y pionero en el desarrollo de la conciencia medioambiental. Este casi nonagenario intelectual ha sido elegido por unanimidad como el ganador de la segunda edición del Premio Fonseca, un galardón enmarcado en el programa ConCiencia que organizan la Universidade de Santiago y el Consorcio de la capital gallega, y que reconoce a figuras que hayan contribuido a la divulgación de la ciencia.

La primera edición de este premio, que recayó en Hawking, se convirtió en todo un acontecimiento científico y mediático. En esta ocasión, el jurado decidió conceder por unanimidad el premio a Lovelock por su amplia, rica y variada trayectoria, pese a que en ocasiones quedó oculta por su significación como líder ideológico y emblema del movimiento medioambiental.

Lovelock es el creador de la conocida Teoría de Gaia, que postula que la Tierra funciona como un superorganismo que se regula a sí mismo. El nombre de Gaia, la diosa griega de la Tierra, fue una sugerencia que le hizo su amigo William Golding, premio Nobel de Literatura en el año 1983.

Una de las características de Lovelock es su perfil multidisciplinar. Así, se doctoró en Medicina, y entre los años cuarenta y cincuenta desarrolló su investigación en varios centros, incluida la Universidad de Harvard. Realizó experimentos de criogenización e incluso estuvo en la NASA, donde desarrolló muchos de los instrumentos empleados en el programa de investigación de otros planetas, especialmente Marte. Intentando encontrar un método de detección de vida en ese planeta, fue precisamente como se le ocurrió la hipótesis de Gaia.

Inventó el detector de captura de electrones, clave en varios hallazgos posteriores, como el descubrimiento de la ubicuidad de residuos de los pesticidas o el de los clorofluorocarbonos (CFC). Tras escuchar una charla de este científico, Frank Rowland y Mario Molina descubrieron el peligro que suponían estos CFC para la capa de ozono, lo que les llevó al Nobel de Química.

La entrega, este verano

La entrega del premio dependerá de la agenda de Lovelock, aunque se barajan como fechas julio y septiembre. El jurado estuvo constituido por el rector de la USC, Senén Barro; el gerente del consorcio y su director de programas, José Manuel Villanueva y Xosé Denís, respectivamente; el director de I+D, Ricardo Capilla; el de la revista Muy Interesante, Xosé Pardina; el del Observatorio de la USC; José Ángel Docobo; el director del Museo Nacional de Ciencia, Ramón Núñez, y el del programa ConCiencia, Jorge Mira. Senén Barro concluyó que, con este galardón, el Premio Fonseca «xa se consolidou».