El paisaje agrario de Galicia, que aún pervive, se creó en el siglo VI

SOCIEDAD

El trabajo del CSIC revela un patrimonio siete siglos más antiguo del previsto que es necesario preservar

22 mar 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

«A xente traballa sobre un tesouro». La investigadora Paula Ballesteros es categórica. El Laboratorio de Arqueoloxía da Paisaxe del Instituto de Estudios Galegos Padre Sarmiento (CSIC) acaba de revelar un tesoro que ha permanecido siempre a la vista, pero cuyo significado se ignoraba. El grupo ha datado por primera vez la formación del paisaje agrario gallego, que supuso la gran transformación de un paisaje natural a otro hecho para responder a las necesidades del hombre, una nueva estructura iniciada hace siglos que pervive hoy. Este gran cambio empezó a materializarse entre los siglos V y VI, los llamados siglos oscuros, pero que, a la vista de los nuevos datos, habrá que replantear tal adjetivo, porque su actuación sobre el terreno para obtener un mayor rendimiento de los cultivos demuestra una actuación ordenada y planificada que indica una mayor organización y sofisticación de la prevista.

«A datación supón un adianto de sete séculos sobre o que se pensaba. E isto ten unha importancia histórica porque nos remite a épocas moi antigas, e estamos a falar xa dunha importancia patrimonial que habería que dar a coñecer e protexer», apunta Paula Ballesteros. El responsable del laboratorio, Felipe Criado-Boado, pone el acento, precisamente, en el aspecto patrimonial. «Es el resultado ?-dice- de un proceso histórico de larga duración. Si comprendemos históricamente cómo se ha generado, lo podemos revalorizar como un elemento patrimonial, como testimonio de una historia que no podemos dejar que desaparezca. Porque estamos hablando también de un paisaje cultural, que constituye la esencia del ser y del estar del gallego en el mundo».

Reorganización del terreno en forma de terrazas con sistemas de drenaje y caminos para optimizar los cultivos o vallados de piedra para separar las fincas representan un legado histórico que sigue presente y sobre el que se continúa trabajando, pese a la amenaza del abandono de los cultivos.