Portugal planea convertir la región del Miño en la nueva Escocia lusa

SOCIEDAD

29 ene 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Que las dos riberas del Miño protagonizaron una trayectoria paralela durante siglos es irrefutable, pero en algún momento cercano a la eliminación de las fronteras la historia dio un giro y, desde entonces, sus evoluciones en solitario describen más bien líneas perpendiculares.

En diez años, el Alto Minho sembró de parques empresariales y autovías su geografía mientras diseñaba el mayor parque eólico de Europa, que ya trabaja viento en popa.

El tiempo discurre más lento en la ribera gallega, donde llevan el mismo tiempo planeando los parques y la vía de alta capacidad de O Baixo Miño, sin que hasta la fecha se haya colocado aún una piedra.

Ahora, como colofón, Portugal presenta un macroproyecto que ya nace como «hito» y que contempla un cambio radical de toda la región norte del país a tres años vista o, lo que es lo mismo, para cuando pueda entrar en funcionamiento la nueva infraestructura viaria de O Baixo Miño.

Nace Minho in

De momento pueden presumir ya de haber organizado un grupo de intervención sin precedentes. Han constituido un consorcio integrado por 24 ayuntamientos, los de la comunidades intermunicipales de Minho-Lima, Ave y Cávado, la Entidade Regional de Turismo do Norte y 400 empresarios, que se denomina Minho In.

Su objetivo, no menos extraordinario: «La transformación de todo el espacio de actuación en un territorio competitivo, en una especie de Escocia portuguesa», y todo ello, «aprovechando los recursos propios, poniendo en valor su potencial rural y promoviendo su preservación medioambiental».

Fuerte inversión

La inversión prevista apunta la magnitud de la intervención, de la que los ayuntamientos solo aportarían el 20%. De lo demás, hasta 500 millones de euros, responderían los promotores. No obstante, el proyecto, que incluye siete campos de golf y otros tantos hoteles de lujo, ha sido presentado ya al programa Provere de valorización económica de recursos endógenos.

Su inclusión, que de antemano se considera inminente, les reportará ser los primeros beneficiarios de potenciales subvenciones, ayudas que funcionarían como colchón, pero que a priori no parecen un escollo porque «los promotores tienen intención de ejecutar los proyectos de cualquier forma».