Comienza el desmantelamiento de la central nuclear de Zorita

J. V. Muñoz-Lacuna

SOCIEDAD

El uranio utilizado será trasladado a un almacén en seco en contenedores de acero y hormigón

10 ene 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

La compañía eléctrica Unión Fenosa comenzará a desmantelar el próximo jueves, 15 de enero, la central nuclear José Cabrera de Almonacid de Zorita (Guadalajara). Retirar el uranio gastado en esta planta nuclear que lleva casi tres años cerrada será la primera misión en el complicado proceso de desmantelamiento.

El uranio empleado como combustible en Zorita en sus años de vida -incluidas las barras de uranio del reactor- será trasladado a un almacén en seco en una docena de contenedores especiales fabricados con acero y hormigón.

Estos contenedores se colocarán sobre una losa sísmica de hormigón de un metro de espesor protegida por un doble vallado de seguridad de cuatro metros de altura. Un proceso minucioso y peligroso que se iniciará el jueves. Según Pablo Díez, director de esta central nuclear, el uranio «se trasladará a un almacén temporal individualizado. Es algo complejo y novedoso en cuanto a los contenedores que vamos a utilizar».

Para llegar a este momento, previamente el uranio ha tenido que enfriarse durante más de un año en unas piscinas especiales en las propias instalaciones de la central. Cuando el uranio usado quede perfectamente almacenado, el proceso de la desaparición física de Zorita no habrá hecho más que comenzar. Unión Fenosa deberá transferir entonces la central a la Empresa Nacional de Residuos (Enresa), cuyos técnicos especializados se encargarán del desmantelamiento en sí. Los planes iniciales de Unión Fenosa y Enresa pasaban porque esta última empresa se hiciera cargo de la instalación a partir del próximo 1 de mayo.

Sin embargo, esa fecha se retrasará por una demora en la obtención por parte de Enresa del permiso de desmantelamiento de los edificios.

Cuando este trámite se solvente -se cree que hacia el verano- Unión Fenosa dejará de ser titular de la instalación hasta el fin del desmantelamiento y después la titularidad de los terrenos volverá a Unión Fenosa. Se calcula que todo este proceso durará hasta el año 2015. Durante ese tiempo Enresa será «explotadora responsable» de la central nuclear y tendrá que desmontar todos los edificios. Para ello, primero realizará un estudio radiométrico de las partes contaminadas y de las partes limpias de radiactividad.

Las contaminadas serán tratadas para reducir su nivel de radiación o incluso eliminarlo siempre que sea posible. En estas duras tareas trabajarán cerca de 400 personas, justo el doble de la actual plantilla de esta central nuclear fantasma. También se empleará un robot en las zonas de más alta radiactividad.

Restos muy radiactivos

Al final habrá que desplazar casi 100.000 toneladas de materiales de las que algo más de cien serán material de alta actividad que acabará en un almacén temporal centralizado junto a residuos de estas mismas características de otras centrales españolas. Restos muy radiactivos que se llevarán a algún lugar de España que el Gobierno central aún no ha elegido. La desaparición total de la central José Cabrera nada tiene que ver, por tanto, con la demolición de cualquier otra instalación industrial o con una simple mudanza doméstica.