La UE mantiene su plan contra el CO2, pero suaviza sus exigencias

Juan Oliver

SOCIEDAD

13 dic 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Los líderes de la Unión Europea aprobaron ayer en Bruselas el plan que anunciaron hace meses contra el cambio climático, y que prevé reducir un 20% el uso de combustibles fósiles y otro 20% la emisión de CO2 a la atmósfera con respecto a los niveles de 1990, apostando por las energías renovables para que representen al menos un 20% de su consumo eléctrico entre el 2013 y el 2020.

El compromiso pretende marcar la referencia mundial en la lucha contra el calentamiento global del planeta en el período pos-Kioto, para forzar al resto de los países a adoptar medidas similares, ya que, como aseguró el presidente francés y líder de turno de la UE, Nicolás Sarkozy, «no se puede ser ejemplar sin dar ejemplo». Sin embargo, el pacto también representa una notable pérdida de ambición con respecto a las propuestas iniciales que hizo la Comisión Europea.

El acuerdo de ayer, según reza el texto de conclusiones de la Presidencia francesa, mantiene los objetivos del 20-20-20 y la fecha del 2020 como límite para alcanzarlos. Pero añade un sinnúmero de exenciones para que determinados sectores industriales puedan seguir contaminando gratis sin pagar por los derechos de emisión de CO2, como sucede ahora.

El sistema de subasta de derechos de contaminación -ahora solo se cobra por ellos a las empresas que exceden los límites gratuitos de polución que tienen asignados- pretendía revolucionar a la economía europea y ponerla en la senda del desarrollo de las tecnologías limpias. Los retoques a los que ha sido sometido ese diseño harán difícil que muchas de ellas, algunas de las cuales figuran entre las más contaminantes, se tomen en serio el asunto.

Para empezar, las centrales térmicas que se nutren de combustibles fósiles en los países del Este -son diez de los veintisiete socios- recibirán gratis el derecho a contaminar. Los líderes de la UE se amparan en que el consumo eléctrico de algunos países, como Polonia, se nutre en más de un 90% de ellos, y que obligar a las centrales a pagar por contaminar elevaría entre un 200% y un 300% la tarifa eléctrica de hogares y empresas.

A instancias de los países más industrializados, especialmente Alemania, también recibirán gratuitamente el 100% de los derechos de contaminación las industrias pesadas que necesitan grandes cantidades de energía para desarrollar su actividad, como las siderurgias, las cementeras y las productoras de acero. Esas compañías ya amenazaron con instalarse en otros países cuando la Comisión prohibió que los Estados les facilitaran comprar energía por debajo de los precios de mercado, como les sucedió a las gallegas Ferroatlántica y Alcoa.

Tarifas

Sus tarifas subirán en cualquier caso, porque las eléctricas les aplicarán el sobrecoste de la compra de derechos de emisión, como al resto de las empresas y hogares. Pero si las grandes consumidoras tuvieran además que asumir sus propios costes, pagando por la contaminación que generan, la factura sería demasiado elevada como para evitar la tentación de localizar sus factorías en otros países. Los Veintisiete quieren evitar una oleada de lo que han dado en llamar «fugas de carbono», y consideran que la mejor forma de hacerlo es permitir que sigan polucionando gratis.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se felicitó por el acuerdo, especialmente en lo que se refiere a las energías renovables, porque mantiene la distribución de esfuerzos propuesta por la Comisión. Para alcanzar el 20% conjunto de consumo eléctrico proveniente de fuentes limpias, se ha pactado que cada país llegue a un objetivo, desde el 46% sueco al 11% de Luxemburgo. Según Zapatero, España, que en el 2005 apenas llegaba al 9%, está en buena disposición de llegar al suyo, cifrado en el 20%.