La vacuna es el principal mecanismo de prevención contra la hepatitis B, aunque solo es eficaz en las personas sin exposición previa al virus. El hecho de que en España se vacune a todos los recién nacidos desde hace más de veinte años ha llevado a que la prevalencia esté por debajo del 2% y a que apenas haya enfermos jóvenes.
Sin embargo, la llegada masiva de inmigrantes ha provocado un pequeño repunte en el número de afectados. De hecho, en algunas regiones del mundo, como África, Asia y el sureste de Europa, la prevalencia de la infección es mucho mayor. Por eso, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha llamado la atención a todos los países para que añadan la vacuna de la hepatitis B a sus programas nacionales de inmunización. La detección de la infección por VHB es fundamental no solo por sus posibles implicaciones para la salud, sino también porque las personas infectadas pueden diseminar la enfermedad sin saber que la tienen.