Las carnicerías islámicas compran ternera y cordero fuera de Galicia

SOCIEDAD

24 jul 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Las carnicerías islámicas que existen en Galicia están teniendo grandes dificultades para abastecerse de vacuno y ovino sacrificados mediante el rito musulmán Halal. «Tenemos siempre pollo y pavo porque Coren tiene un matadero con autorización del Instituto Halal de Córdoba, pero la ternera y el cordero tenemos que traerlos de ciudades como León o Madrid porque en Galicia no hay ningún matadero que haga este tipo de sacrificio», explicó ayer Hassan Derrar, el joven argelino que posee la única carnicería islámica que existe en la actualidad en Lugo capital.

Según recordó ayer, el rito Halal, que algunos colectivos califican de «brutal», se ajusta a una tradición religiosa secular que dispone cómo debe morir un animal para que su carne sea comestible: «En el momento de la muerte debe estar vivo, no aturdido. Además tiene que estar tumbado en dirección a La Meca y ser degollado con un cuchillo, mientras un matarife musulmán pronuncia la frase: ''En nombre de Dios''».

En opinión de Hassan Derrar, en Galicia debería haber industrias cárnicas que tuviesen, y empleasen -Novafrigsa, en Lugo, tiene uno-, «boxes de apuntillamiento» para sacrificar reses mediante el citado ritual. «Si traes la carne de fuera sale muy cara y además no viene cuando tú quieres, sino que envían los pedidos cuando pueden», relató el joven, que es licenciado en Ingeniería Mecánica.

Después de varios años trabajando para una empresa de Lugo como tornero, el pasado 3 de junio abrió la Carnicería Tiaret, en la que también trabaja Adil, un joven carnicero natural de Marruecos. «La tienda lleva el nombre de la región de Argelia en que nací, y fue mi novia, María, que es española, la que me animó a ponérselo», destacó.

Limpieza y profesionalidad

En el pequeño negocio, situado en las proximidades de la Fonte dos Ranchos, llaman la atención la limpieza, el orden y la organización, tanto en la cámara frigorífica como en mostradores y estanterías. Pero también en los horarios de apertura y cierre, la profesionalidad o el trato al cliente. «O se trabaja bien, o no se trabaja -declaró ayer Hassan-. Quería hacer una carnicería al estilo de aquí: moderna, limpia y agradable, así que compré todo nuevo y con la ayuda de mi novia, mi hermano, la familia y los amigos arreglé el local de arriba a abajo».

Gracias a esta pequeña carnicería, la comunidad musulmana que reside en Lugo capital ha vuelto a consumir carne halal, la única que el Corán permite comer a sus fieles, como subrayó el presidente de la Asociación de Marroquíes Integración, Mustafá Bertat. «La gente está muy contenta porque vuelve a haber alimentos halal. Hace unos meses faltaban y ahora no hay tanto problema», declaró.

«Creo que en Galicia deberían dejar sacrificar ganado por el rito Halal en los mataderos. La ley lo permite y no estoy pidiendo que me dejen matar en mi finca», señaló Hassan Derrar, quien considera que el mayor impedimento proviene de los colectivos ecologistas. Y finalizó: «Una carnicería sin carne no es carnicería».