La risa rejuvenece, adelgaza y mejora el insomnio y la resistencia a enfermedades

Ana Salamanca

SOCIEDAD

21 jul 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

La risa es un recurso fácil para reducir las tensiones, el estrés o el dolor. Además adelgaza, mejora el insomnio, la resistencia a las infecciones, y hasta rejuvenece, opinan los partidarios del humor como terapia.

Un estudio centrado en promover emociones positivas en los mayores, presentado por la psicóloga Begoña Carbelo en el reciente Congreso de la Sociedad Internacional para los estudios del Humor (ISHS), prueba la capacidad de la risa para disminuir el aislamiento y la soledad y, en definitiva, mejorar la calidad de vida.

«La risa es la mejor técnica preventiva tanto del dolor físico como del dolor mental», asegura el psicólogo José Elías, pionero en introducir la risoterapia aplicada al desarrollo personal. «Además de ser curativa», apostilla.

Lo beneficios de la risa y la carcajada son conocidos, y en los últimos años cada vez más centros cívicos, residencias y hospitales programan talleres para desarrollar el sentido del humor de los mayores, los cuidadores y profesionales -enfermeras y celadores- en contacto con los pacientes.

Los mayores que se acercan a esta terapia, fundamentalmente mujeres, manifiestan que han perdido el humor de forma progresiva por la muerte de amigos y porque se van quedando sin compañía, entre otras razones. El número de mayores de 65 años que vivían solos superaban los 1,2 millones en el 2005, un 17% más que en el 2000, según datos del INE. Y fundamentalmente mujeres, por su mayor esperanza de vida. La risoterapia hace que se encuentran activos, «con ganas de hacer cosas», según declaran un 64,7% en un estudio de la Unión Democrática de Pensionistas, elaborado con 1.500 entrevistas, que se presentará en octubre. El estado de ánimo del 35,3% restante era regular o malo.

Tristeza y enfermedad

La soledad y el dolor son los aspectos que más fastidian a los mayores. Buscan aliviarlos, compartir tiempo, explica José Elías, quien destaca que «la tristeza es el primer paso hacia la enfermedad». La base de esta risoterapia «es aprender a reírse de uno mismo y de sus debilidades», agrega. Más allá de los juegos de expresión corporal, las anécdotas o los chistes, la terapia trata de desarrollar técnicas mentales que ayuden a mejorar la percepción de la realidad. «No se puede quedar en un juego, un respirar, un saltar... Hay que propiciar recursos más a largo plazo», insiste Begoña Carbelo.