Finisterrae, el revulsivo de la ciencia

SOCIEDAD

La aportación del superordenador a la solución de uno de los enigmas matemáticos de hace un siglo es solo una prueba de las puertas que abre a la investigación gallega

23 abr 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Las expectativas empiezan a cumplirse. El superordenador Finisterrae, el de mayor capacidad de memoria compartida de Europa, estaba llamado antes de su puesta en marcha a revolucionar la ciencia en Galicia y a contribuir al enriquecimiento de la investigación española en general. Ahora, con la máquina ya en funcionamiento, ha demostrado que la apuesta no iba de farol. En apenas un mes de vida ha contribuido a resolver, aunque la hipótesis aún tiene que ser aceptada por la comunidad internacional, el problema de los puntos de Fekete, uno de los grandes retos matemáticos de hace un siglo que plantea cómo debe distribuirse un número finito de puntos -partículas- sobre una esfera para obtener una configuración estable. Es el primer éxito de una máquina que ha costado 60 millones de euros, de los que 40 han sido aportados por HP e Intel, y el resto, por la Xunta y el CSIC, aunque no será el último. Hoy mismo está ejecutando 121 trabajos encargados tanto desde centro de investigación gallegos como desde el CSIC y tiene otros cuatro en espera.

«Pretendemos reservar tamén unha parte da máquina para proxectos internacionais», explica el director del Centro de Supercomputación de Galicia (Cesga), Javier García Tobío, quien también destaca que el trabajo abre nuevas posibilidades. «Antes había traballos moi complexos que non se podían facer e agora si». Solo un ejemplo: únicamente el Finisterrae ha multiplicado por cinco la capacidad de cálculo de las otras tres máquinas que el Cesga tiene en funcionamiento. A la institución gallega recurren 645 grupos de investigación, tanto de España como de otros países, para desarrollar proyectos de ciencia computacional.

Centro de excelencia

Pero ¿en qué medida se beneficiará Galicia de este poderoso instrumento? Alfredo Bermúdez de Castro, catedrático de Matemáticas en Santiago y que participa en el proyecto Consolider Ingenio Mathematica, cree que supondrá un revulsivo importante. «Sin duda va a suponer un incentivo para la ciencia en Galicia y también nos va a permitir desarrollar investigaciones de mayor envergadura», explica. El próximo salto será la conversión del Cesga en Centro de Excelencia en Ciencia Computacional, que llevará asociado un mayor centro de investigación. De momento, el Finisterrae, que supone solo una de sus herramientas, ya ha sido incluido en el mapa nacional de infraestructuras científicas singulares.

Enrique Bendito, uno de los matemáticos de la Universidad Politécnica de Cataluña que ha planteado la hipótesis de resolución del problema de los puntos de Fekete, ya ha probado de primera mano las posibilidades que apunta el Finisterrae. «Los tiempos de cálculo fueron excelentes. Es muy eficiente y muy rápido y sin él el trabajo nos hubiera llevado mucho más tiempo. Hemos conseguido una gran magnitud de datos que no hubiéramos obtenido de otra manera», apunta. En concreto, si la operación se realizara por métodos convencionales podría tardar unos 40 años en solucionarse.

Bendito, que precisa que su hipótesis de trabajo aún debe confirmarse, está convencido de que el algoritmo que han creado para resolver el problema puede tener múltiples aplicaciones. Una de ellas, el estudio de virus.