Los técnicos creen inevitable su entrada, pero refuerzan la protección para retrasarla al máximo
27 jul 2007 . Actualizado a las 02:00 h.REDACCIÓN | Los restos de una pequeña nevera para refrescar las bebida, un traje o las botas de agua de un pescador, los bajos de una piragua o el motor de una embarcación. Prácticamente cualquier medio, por inofensivo que parezca, es el potencial transmisor de una de las principales amenazas de los ríos españoles y que sólo en la cuenca del Ebro ha causado pérdidas por más de tres millones de euros: el mejillón cebra. De apenas tres centímetros en su edad adulta y de un tamaño microscópico en su fase larvaria, el molusco está catalogado como una de las veinte especies invasoras más peligrosas del planeta. No sólo altera los hábitats que coloniza desplazando a las especies autóctonas, sino que contamina playas y obstruye tuberías y captaciones de aguas.
Es una plaga que ya se ha asentado en la cuenca del Ebro y extendido a tramos de las del Júcar y el Segura. Pero su expansión no tiene límites. Para evitar su llegada a Galicia, la Confederación Hidrográfica del Norte, que depende del Ministerio de Medio Ambiente, ha activado un plan de alerta que prevé la toma de muestras al principio y el final de verano para detectar la presencia de la especie. En Galicia, los análisis se llevará a cabo de forma sistemática - siempre coincidiendo en el estío, porque es la época de mayor eclosión del mejillón- en nueve embalses de Lugo (2) y Ourense (7), así como en cuatro de León, en el Sil, y uno en Asturias en el Eo, próximo a Ribadeo. Son caudales conectados con los gallegos y que podrían transmitir la especie a la comunidad.
La prevención se reforzará con una campaña informativa dirigida a los usuarios de los ríos para que activen las medidas de contención del bivalvo. «Queremos que tomen conciencia de que cualquiera de ellos puede ser un foco de transmisión», explica David Poderoso, técnico de la Confederación. Los expertos creen inevitable, más tarde o más temprano, la llegada del mejillón cebra a Galicia, al igual que el resto de las cuencas españolas, pero quieren demorarla. «Confiamos en que estas actuaciones retrasen al máximo la llegada del mejillón cebra», apunta Poderoso.