La Fundación Xosé Soto de Fión adquirió el castillo de Doiras, ubicado en las inmediaciones de Os Ancares, para ampliar el proyecto del museo etnográfico y arqueológico que creará en el pazo de Arxeriz (O Saviñao), donde comenzó a funcionar en 1922 la primera industria láctea gallega. La fortaleza fue comprada a un empresario de Becerreá afincado en Madrid. Anteriormente, el castillo había pertenecido a la familia lucense Martínez Baladrón. Entre el patrimonio arquitectónico de la Fundación Xosé Soto, que lleva el nombre de su promotor -y propietario de Larsa- también figura la torre y la casa solariega de Arcos, situada entre Chantada y el monte de O Faro. Arxeriz, Doiras y Arcos serán los referentes de una ambiciosa iniciativa que reivindica «a conservación do patrimonio, incluida a natureza como tal, e de todo o relacionado co mundo rural», explica José Antonio Quiroga, secretario de la fundación. En la restauración del pazo de Arxeriz, ya finalizada, se han invertido 150.253 euros (25 millones de pesetas). La casa solariega tiene además una finca de 22 hectáreas donde se conserva el castro de Fión, uno de los primeros excavados en Galicia. El proyecto de la fundación consiste en crear museo etnográfico vivo, que combinará salas temáticas con la presencia de ejemplares de razas autóctonas de ganado, con un anexo destinado a los hallazgos del castro de Fión. Los restos arqueológicos corresponden al legado del doctor Juan López Suárez, uno de los promotores de la Misión Biológica de Galicia y mecenas de las primeras investigaciones sobre el legado castrexo. Xosé Soto es sobrino-nieto del doctor López Suárez, figura destacada pero poco conocida del galleguismo histórico.